En el último mes, una imagen me ha venido a la mente con más frecuencia de la deseada: el Valencia CF campeón de principios de siglo. Quizá sea culpa de «La Banda», el exitoso programa liderado por Dani Meroño, donde han participado leyendas del equipo del murciélago como el «Dragón» Cañizares y la «Pantera» Palop. Dos personajes que, aunque en lo personal difieren por completo, comparten la misma chispa profesional: la pasión ardiente por el fútbol y por representar el sentimiento de un pueblo.

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El Espíritu del Doblete
Palop y Cañizares exudan amor puro por el Valencia CF. Es innegable que los héroes del Doblete poseían una calidad inigualable, un talento casi mítico en comparación con muchos jugadores actuales de Mestalla. La magia de aquel Valencia residía en su corazón colectivo; un compás compartido con Ayala y Albelda, pero también con figuras en los despachos como Javier Subirats y Jaume Ortí. Todo latía en sintonía, creando un sistema circulatorio que daba vida y fuerza.
El Camino Truncado
Hoy, Mestalla parece un gigante descorazonado, a merced del viento. Lim y su equipo han impuesto una estrategia de huida hacia adelante, prometiendo un futuro dorado con fichajes de ensueño y un Valencia digno de la Champions. Pero, la realidad se perfila como una máscara artificial, extendida por figuras como Murthy, Layhoon Chan y otros, afectando el compromiso dentro del vestuario. Los aficionados, fieles al escudo, hacen bien exigiendo más a quienes aún pueden luchar por el equipo.
Discursos Repetidos
El eterno soniquete de Meriton se hace pesado, con discursos enlatados y cierta connivencia de parte del entorno y la prensa. Esta estrategia de periodismo de favores recubre la verdad, ofreciendo propaganda disfrazada de información. Al menos, Gourlay ha tenido el aplomo de aparecer ante el público durante casi dos horas, más de lo que hacen aquellos que se esconden detrás de él.
El Corazón del Aficionado
¿Qué nos queda? Corazón, voz y palabra. Unir la crítica con el amor por el Valencia es el camino, escribiendo para protestar y denunciar una realidad indigna. Solo exigiendo y apoyando al entrenador y jugadores, se puede aspirar a devolver al club a Mestalla. Las estrategias no son terreno de aficionados ni periodistas, pero mantener viva la pasión es crucial para el resurgir de un gigante.

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