Han pasado 23 años desde que los Pumas de Hugo Sánchez protagonizaron una tarde inolvidable al vencer a las Chivas 7-1, un recuerdo que aún resuena en el ámbito futbolístico mexicano. Este duelo, más que un resultado, se convirtió en una marca imborrable en los anales del fútbol patrio.
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El Combate en Ciudad Universitaria
La rivalidad entre Pumas y Chivas siempre ha sido intensa, y aquel encuentro en el Apertura 2002 fue una tormenta perfecta que dejó a los tapatíos desdibujados. En el Estadio Olímpico Universitario, los goles cayeron con la fuerza de un trueno, destacando un héroe inesperado: Mariano Trujillo.
La Metamorfosis de Trujillo
Mariano Trujillo, mediocampista sin reputación de goleador, se convirtió en protagonista con un hat-trick que sorprendió a propios y extraños. Como un relámpago en una noche oscura, Trujillo encendió la cancha y grabó su nombre en la historia auriazul.
Una Goleada para el Recuerdo
Los otros artífices de la paliza fueron Álvaro ‘Bola’ González, Jaime Lozano, Leandro Augusto y Luis Ignacio ‘Gonzo’ González. Lozano incluso anotó con un gol que sería recordado como una controversia, una situación donde la mística del fútbol le sonrió a los Pumas.
El Legado de 2002
Este 7-1 sigue siendo la victoria más contundente de Pumas sobre Chivas en torneos cortos, una cicatriz en la memoria rojiblanca y un estandarte de orgullo para los universitarios. La esperanza es que los actuales Pumas puedan inspirarse en esta epopeya para nuevas gestas contra su eterno rival.
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El emotivo despliegue de carácter y determinación de aquel equipo sigue vivo en el corazón de la afición, y quizás, como dice el refrán, «la historia está para repetirse».
