La joven estrella que desafió a España: un doblete de Mora y un final para el infarto

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En una tarde electrizante en Santiago, el joven prodigio Gilberto Mora, con apenas 16 primaveras, sembró el desconcierto en una España que saboreaba el triunfo con todo el esfuerzo ya invertido. El empate 2-2 deja a los españoles con la soga al cuello en el Grupo C del Mundial Sub-20, y la próxima batalla es contra Brasil, una auténtica final.
El inesperado héroe mexicano
La Rojita, confiada en sus habilidades, se vio sorprendida por el arrollador talento de Mora. Este extremo derecho, con precisión de relojero, neutralizó un penalti ejecutado por Iker Bravo y dejó a España masticando una amargura difícil de digerir.
Dominio español y polémica con el VAR
El equipo de Paco Gallardo, herido tras el tropezón inicial con Marruecos (2-0), salió sin reservas y dominó el balón con solvencia. Sin embargo, el corazón joven de la Rojita latía demasiado rápido en los momentos decisivos. En un partido lleno de altibajos, el VAR se erigió como protagonista, dejando más preguntas que respuestas.
Iker Bravo, el líder indiscutible sobre el campo, estuvo a punto de abrir el marcador tras un fallo del portero Ochoa, pero el balón terminó golpeando el poste. Poco después, Jan Virgili, una flecha imparable por la banda izquierda, forzó un penalti que, tras revisión del VAR, se esfumó entre las manos del árbitro.

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El golpe de Mora y la respuesta de España
Sin concretar su dominio, España sufrió un contragolpe letal. Alexis Domínguez, con maestría, asistió a Mora, quien sin titubear puso el 0-1. Parecía que el mundo se caía sobre las cabezas españolas, pero la casta salió a relucir.
La reacción llegó de la mano del bético Pablo García, quien con un zurdazo espectacular empató el encuentro justo antes del descanso. La Rojita mostró entonces su carácter y ambición, ansiando la remontada.
Segunda parte de emociones y un desenlace inesperado
Al volver del vestuario, España buscó rematar la faena. Bravo, el faro del equipo, tuvo en sus botas el gol que finalmente desbarató Ocho en la línea. La intensidad era palpable, pero poco a poco decreció, dando pie a una montaña rusa de emociones.
El VAR volvió a ser juez y parte, primero anulando un penalti en contra de los españoles y luego concediendo el 2-1 a través de un penalti transformado por Bravo. Cuando la victoria parecía sellada, Mora se alzó como el salvador de México, ejecutando un remate desde el corazón del área que firmó el empate final.
El encuentro, un auténtico duelo de titanes, dejó a España en una situación compleja. Ahora, frente a Brasil, la Rojita deberá sacar su mejor versión para continuar en la competición. La esperanza sigue viva, pero el camino es incierto y lleno de desafíos.
