El club azul de Oviedo se enfrenta a un torbellino de emociones tras la propuesta de sanción de 10.000 euros por parte de la Comisión Antiviolencia debido a un tifo en el Tartiere que fue desplegado con orgullo durante la final del play-off de ascenso contra el Mirandés. En ese célebre encuentro, el equipo carbayón selló su esperado regreso a Primera División, un sueño acariciado por muchos y vivido con intensidad en las gradas del estadio.
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La Historia Detrás del Tifo
El mosaico, que iluminó de pasión el fondo norte del municipal carbayón, fue una obra del grupo de animación Symmachiarii. En la lona se estampaban las iniciales «SYM», aunque apenas visibles, como diminutas estrellas en una vasta noche. A pesar de lo sutil, estas siglas han desatado la tormenta, debido a que la simbología de Symmachiarii está vetada en el estadio. Desde 2018, este grupo ha sido considerado como violento por la Comisión Antiviolencia, un estigma al que parece no poder escapar.
Un Proceso Meticuloso
Pero, como en toda epopeya, la historia no carece de procedimientos estrictos. Los tifos en el Tartiere requieren un protocolo de validación. El grupo debe presentar su propuesta al club, que la remite al jefe de seguridad. Con una coordinación al milímetro, la Policía Nacional, mediante el coordinador policial designado, revisa el material. En el caso emblemático contra el Mirandés, todo transcurrió según el manual: Symmachiarii entregó el tifo, se revisó y se aprobó.
El Día del Partido
El tifo fue ondeado sin contratiempos, cual bandera al viento en un día de gloria. Ni el director del partido ni ningún observador levantó objeciones. Sin embargo, meses después, como un rayo en un cielo despejado, Antiviolencia irrumpe con una propuesta de sanción contra el Oviedo por permitir la muestra de dicha simbología.
El Camino por Delante
Ahora, la pelota está en el tejado de la Delegación del Gobierno, que tiene la misión de instruir el caso y gestionar una sanción que podría ser definitiva. El club carbayón, con todo su fervor, podría verse obligado a abonar la multa, mientras que Symmachiarii defiende su cumplimiento del protocolo establecido, sin haber recibido ninguna negativa al despliegue de la lona.
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Así, el destino del Oviedo pende de un hilo fino pero resistente, tejido con la pasión y el desafío de aquellos que nunca dejan de soñar en el fútbol.
