¡Señoras y señores, amante del fútbol al palo! El defensor central de la Selección Argentina, Cristian «Cuti» Romero, habló con una prensa futbolera como solo él sabe hacerlo: con pasión, alegría y, por supuesto, mucha humildad. Lo vimos en ESPN F90, y lo que contó nos llenó de orgullo y esperanza.
Romero contó con una sonrisa de oreja a oreja la alegría que siente al vivir este presente glorioso con la celeste y blanca, diciendo que cada momento en el campo es un cuento de hadas hecho realidad. “Ser parte de esta Selección es un sueño de pibe, un sueño que está más vivo que nunca ¡y ni te explico lo que se siente cuando la hinchada canta desde la primera hasta la última línea del himno!” exclama con el fervor que caracteriza a quien lleva el escudo en el pecho con infinita pasión.
La mejora constante, el norte de Romero
No todo es color de rosas y goles heroicos. Romero también es consciente de que en el fútbol, como en la vida, siempre hay algo más que pulir, que mejorar. “Estoy enfocado en ser una muralla impenetrable. Me obsesiona la idea de perfeccionar los tiempos en la marca y la salida con pelota controlada,” dice con la determinación de un león que no deja de cazar porque su naturaleza es persistir.
Romero subraya que su trabajo no termina cuando el árbitro pita el final. “Quiero mejorar mi lectura del juego, anticipar jugadas como un libro que ya leí miles de veces. Cada partido es una oportunidad para aprender y crecer,” explica, haciendo comparación con un estratega en plena batalla.
Jugadas y corazón, historias en el verde césped
La dedicación de Romero no termina en la teoría ni en los entrenamientos. Cuti vive cada partido como si fuera una final del mundo, con una entrega que no deja resquicios para la duda. “Contra Brasil, por ejemplo, en la final de la Copa América 2021, cada jugada fue un duelo de titanes. Me acuerdo de ese cruce salvador en el minuto 70, cuando supe que, si no llegaba a tiempo, la historia podía cambiar. ¡Fue un segundo, pero pareció una eternidad!”, relata con un brillo en los ojos y demostrando que cada jugada es un capítulo de una novela épica en su carrera.
El futuro, un lienzo en blanco
Y si hablamos del mañana, hablamos de un horizonte pleno de oportunidades para el defensor argentino. Romero sueña en grande, como todos los campeones. “Sé que hay mucho por recorrer y por lograr. La vida del futbolista es como una montaña rusa, llena de altos y bajos, pero lo importante es nunca dejar de creer y dar todo en cada partido”.
No caben dudas, Cuti Romero nos ha dejado con la piel de gallina una vez más. Este crack que defiende nuestros colores con el alma y el corazón demuestra que el sueño de todo futbolista se vive día a día, minuto a minuto, en cada rincón del campo de juego. ¡Vamos Argentina, y vamos Cuti!