La Tormenta que Sacudió Trujillo: El Adiós de Paolo Guerrero

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La gestión de Guillermo Salas al mando de la Universidad César Vallejo en 2024 quedó marcada por un terremoto mediático, provocado por la salida inesperada de Paolo Guerrero. Como un partido de alta tensión, el delantero declinó salir al campo en un choque electrizante contra Alianza Lima. Las recientes revelaciones de Salas en ‘Hablemos de Max’ han iluminado este episodio que puso de cabeza a la Liga 1 y selló la partida del goleador en la cálida Trujillo.
El Desafío de Trujillo
Desde su llegada, Salas enfrentó un ambiente más caliente que un clásico en el Monumental. “Llegamos a una gran institución, con una buena relación con los directivos, pero el equipo estaba embrollado, a pesar del talento que teníamos. Había muchas cuestiones grupales, y nos tocó arreglar eso primero que lo deportivo”, confesó, recordando el emocionante triunfo sobre Cristal como un destello de esperanza entre nubes tormentosas.
Cansancio y Deseos de Guerrero
A nivel personal, el histórico delantero nunca encontró su rincón en Trujillo. “Paolo quería irse, no se sentía a gusto”, admitió Salas, llenando de melancolía su voz, como un delantero tras fallar un penal decisivo. “Conversamos con Richard y Paolo para que reconsiderara, pero circunstancias familiares y personales ya habían echado raíces profundas”, añadió.
El Incidente con Alianza Lima
El partido contra Alianza fue el punto álgido de este drama futbolístico. “Quise utilizar a Paolo en el encuentro, el partido estaba abrazado en un empate, pero él me dijo que no deseaba jugar”, explicó ‘Chicho’, con un dejo de frustración.

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La Duda que Rodeaba a Guerrero
Si las canchas hablaran, contarían que antes del encuentro, la permanencia de Guerrero ya era una incógnita. Salas explicó: “Paolo arrastraba lesiones, fue a la selección sin pretemporada, pero estaba comprometido con el equipo”. Un compromiso que, como un balón mal llevado, se esfumó entre malentendidos y decisiones inesperadas.
Una Última Conversación
En un último intento, Salas dialogó con Guerrero en la concentración. “Hablamos en el hotel, quería jugar, pero el destino no cooperó”, relató, con la resignación de un entrenador que ve un balón entrar a su arco en el último minuto.
El capítulo de Paolo Guerrero en la UCV se cierra con la sensación de un gol fallido, un sueño no concretado. Un recordatorio de que, en el fútbol, como en la vida, el balón no siempre rueda en la dirección esperada.
