A falta de nueve días para el cierre del mercado, la tensión se palpa en el aire del Real Zaragoza. Gabi Fernández, con todas las cartas sobre la mesa, apostó de nuevo por la estructura que desplegó en Anoeta. Con una defensa tambaleante, Pomares se vio obligado a acompañar a Radovanovic al no contar con suficientes centrales. La primera mitad fue un auténtico vaivén de emociones, donde Pomares cayó víctima de su propia cadera y la rapidez rival, culminando en una expulsión que debió haber sido para Toni Moya, cuyo cabezazo desesperado a ninguna parte marcó la pauta. Un impertérrito Kim hizo pasar apuros a Juan Sebastián, dejando claro que el pilar defensivo, tan ansiado por el entrenador, fue un barco haciendo agua en su bautizo en el Ibercaja Estadio.
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Un Rompecabezas Ofensivo
En un intento por avivar el ataque, el técnico introdujo a Pau Sans en lugar del lesionado Paulino y cambió a Aketxe por Soberón, buscando la chispa perdida en San Sebastián. Bazdar volvió a esperar su oportunidad desde el banquillo, un claro indicativo de la desconfianza de Gabi hacia el bosnio. Sin embargo, fue él quien, como un lobo al acecho, robó el balón al defensa contrario y marcó el primer tanto con una frialdad de acero. Dani Gómez, inamovible, lideró el ataque en todo momento.
Un Ritmo Frenético
Tras el gol de Lautaro, el Real Zaragoza despertó de su letargo. Reafirmando su estilo, el equipo insistió en jugar a un ritmo vertiginoso, atacando como torbellinos, ansiosos por llegar al área rival en el menor tiempo posible. Este enfoque, una fusión de convicción y necesidad, saca a relucir un doble pivote Guti-Francho que no se siente cómodo con el juego pausado.
El Espejismo del Gol
Pese a la insistencia y las triangulaciones prometedoras, el equipo no logró traducir sus esfuerzos en el marcador. Como un rompecabezas sin la pieza final, faltó la culminación limpia de sus jugadas. El Real Zaragoza mereció mucho más en los primeros 45 minutos, pero el gol se les resistió. Entre tanto, el Andorra aprovechó sus momentos, especialmente con un disparo de Molina que rozó el larguero tras las manos blandas de Adri Rodríguez. La segunda mitad fue un déjà vu de infortunios atacantes.
Necesidades Urgentes
El mercado aún no está cerrado, y la SAD busca reforzar áreas cruciales con otro central y un pivote defensivo. La carencia de gol y la fragilidad defensiva son heridas que el club todavía arrastra de la temporada pasada. Jugadores como Soberón, Dani Gómez, Bazdar, Moyano, Paulino o Pau Sans podrían ser piezas cruciales en la búsqueda del gol, pero la eficacia sigue siendo esquiva. El tiempo corre y el reloj del mercado amenaza con un sonoro tic-tac. Para el Zaragoza, encontrar el gol antes del 1 de septiembre podría ser agua de mayo para sus aspiraciones futuras.
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