El regreso del CD Castellón a la competición no fue el soñado, cayendo ante el Real Racing Club en Santander. A pesar de mostrar destellos de calidad y dominar en ciertos tramos del partido, los albinegros se toparon con un Racing audaz en el área, dejando claro que el Castellón aún tiene cosas que pulir.

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Un inicio accidentado
Desde el comienzo, el Castellón mostró intención y ambición en el campo, pero fue el Racing quien se llevó el protagonismo. En el minuto 6, Iñigo Vicente orquestó un pase magistral a Villalibre, quien, con la astucia de un zorro, se coló entre los centrales para inaugurar el marcador. Este golpe tempranero marcó el ritmo del partido, con el Racing aprovechando sus oportunidades mientras el Castellón acumulaba llegadas sin concretar.
Dominio sin recompensa
A pesar de que el Castellón generó múltiples oportunidades, incluso ganando una decena de córners en la primera mitad, el gol se les escapaba. Entre idas y venidas, el Racing volvió a sacar provecho de un error del Castellón y, con un toque de calidad de Andrés Martín, ampliaron su ventaja al 2-0 antes del descanso.
Un rayo de esperanza
El Castellón no se rindió. En el filo del descanso, un rebote afortunado tras un córner permitió a Camara reducir distancias, devolviendo la esperanza al equipo visitante. El Castellón, con su valentía intacta como un titán desafiante, volvió a la carga tras el intermedio. La presión fue tanta que hasta el VAR tuvo que intervenir, anulando un gol por fuera de juego.
Golpe y respuesta
Las segundas partes siempre son una historia de oportunidades perdidas y éxitos saboreados. El Castellón intentó apretar con ímpetu renovado, pero la defensa y la táctica del Racing se imponían. Cada ataque del Castellón era como una ola chocando contra un acantilado, con Ezkieta convirtiéndose en su mayor escollo.

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El desenlace inevitable
El destino mostró su mano en el minuto 81 con la intervención del VAR, que identificó un penalti a favor del Racing tras una carrera de Villalibre. La expulsión de Alberto fue el clavo en el ataúd para el Castellón, y Andrés Martín, sereno frente a Amir, puso el 3-1 definitivo en el marcador.
El resultado puede dejar un sabor amargo, pero el espíritu combativo del Castellón insinúa que este conjunto albinegro está destinado a grandes cosas, a pesar de la dureza del fútbol profesional.
