¡Increíble! Vélez cortó una larga racha negativa y se impuso ante Platense en Vicente López en una noche mágica que hizo vibrar a todos sus hinchas. Con un rendimiento electrizante, el «Fortín» finalmente pudo sacarse la mufa y darle una alegría a su gente.
Un comienzo electrizante
Desde el primer minuto, Vélez se plantó en la cancha como si de un león enjaulado se tratara, ávido de victoria. Los dirigidos por el «Gringo» Heinze salieron con todo y demostraron que no habían ido a Vicente López a pasear. La pelota corría de un lado a otro con una velocidad pasmosa y los jugadores parecían tocar el balón como si fuera una sinfonía coordinada.
El gol que cambió todo
A los 23 minutos del primer tiempo, llegó el gol que hizo estallar a la hinchada velezana. ¡Boom! Una jugada de pizarrón orquestada por los astros, culminó con un cabezazo demoledor de Lucas Janson que dejó sin chances al arquero de Platense. Un gol de esos que se gritan con el alma, ¡ese que valió oro!
Los momentos clave del partido
La defensa: Un muro infranqueable
La última línea de Vélez estuvo compacta como una muralla china. Los de Platense chocaban una y otra vez contra el sólido trabajo defensivo de Gianetti y Brizuela. La seguridad con la que se movían dejaba claro que habían trabajado hasta el más mínimo detalle.
El medio campo: La verdadera batalla
En la mitad de la cancha, Vélez manejaba los hilos del partido con precisión quirúrgica. Las paredes, los taquitos, y los cambios de frente parecían sacados de un manual de fútbol. Santiago Cáseres y Maximo Perrone se encargaron de que la pelota circulara sin perder la intensidad.
El ataque: Una tormenta perfecta
Arriba, Vélez fue un torbellino. Cada vez que se acercaban al área de Platense, la hinchada contenía la respiración. Orellano y Bouzat, con su velocidad y gambeta, dejaban a sus marcadores comiendo polvo. Fue una noche para el recuerdo.
Un final de infarto
En los últimos minutos, Platense intentó reaccionar, pero se encontraron con un Vélez aguerrido que no estaba dispuesto a ceder el triunfo. La tensión se sentía en el aire, y la hinchada enloquecía con cada saque de arco y cada corte defensivo.
El pitazo final
Cuando el árbitro finalmente sopló el silbato, el plantel de Vélez se fundió en un abrazo colectivo. La alegría era palpable; unas lágrimas de felicidad brotaron entre los jugadores y la hinchada explotó en un grito de desahogo. ¡Volvimos, Fortín! ¡Volvimos! Fue la frase que resonó en las tribunas y en los corazones de todos los velezanos.
El triunfo ante Platense no solo cortó una racha negativa, sino que llenó de esperanza y orgullo a un equipo y una hinchada que soñaban con volver a ser protagonistas. ¡Qué noche la de anoche, Vélez! ¡Qué noche para el recuerdo!