River Plate, desconcertado y lleno de dudas, sufrió una caída estrepitosa en Mendoza ante Godoy Cruz por el Torneo de la Liga. ¡El Millonario se tambaleó como una vieja embarcación en aguas violentas! Los de Núñez, que llegaron con ilusiones y esperanzas, se encontraron con un equipo tomba que los descolocó en más de una ocasión.
Un River sin brújula en Mendoza
Desde el primer pitido, River mostró signos de inseguridad. La pelota no fluía. Las transiciones eran un mar de dudas que Godoy Cruz aprovechó con garras y dientes. ¡Qué noche turbulenta para Armani y sus dirigidos! A los 18 minutos, un error defensivo encendió las alarmas. La defensa, un queso gruyere, dejó un hueco por el cual Martín Ojeda se coló como quien no quiere la cosa. ¡Gol de Godoy Cruz! El estadio se vino abajo, mientras que los jugadores de River parecían estatuas de sal.
El equipo Tomba, un vendaval imparable
La escuadra de Mendoza jugó con una intensidad y una precisión quirúrgica. River, en cambio, no logró hilvanar jugadas de peligro claras. ¡Parecían bailar tango con botas de plomo! Cada vez que intentaban acercarse al área rival, se encontraban con una muralla azul y blanca que se hacía más alta e impenetrable con el correr de los minutos.
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Ya en el segundo tiempo, a los 65 minutos, River tuvo una chance de oro. Enzo Pérez, con su habitual destreza, realizó un pase filtrado a Julián Álvarez. Álvarez encaró con decisión y, cuando todos vaticinaban el empate, ¡pum!, el balón rebotó en el travesaño. ¡El grito de gol quedó ahogado en las gargantas de los hinchas riverplatenses!
Conclusión: el Millonario, a replantearse
Los últimos minutos del partido fueron un suplicio para los visitantes. Godoy Cruz, firme y confiado, mantuvo el control del partido hasta el pitazo final. Otorgaron una clase magistral de sacrificio y fútbol colectivo. River Plate, desconcertado y lleno de dudas, deberá volver a los entrenamientos a corregir errores. Como dice el dicho, «a resetear y barajar de nuevo”. ¡Qué noche la de anoche! ¡Insólito!
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