¡La Bombonera se viste de drama! El ciclo de Miguel Ángel Russo en Boca ha arrancado, pero no con el pie derecho, sino con una inquietante racha que tiene a los hinchas con el corazón en la boca. El querido DT, en un giro desafortunado del destino, ostenta ahora el título que nadie desea: el peor inicio en el club.
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El rugir del Xeneize: un comienzo inesperado
Uno esperaría que el nuevo ciclo traiga una brisa fresca, pero el viento parece soplar en contra para Russo. ¡Ay, Boca querido! Como cuando el dulce de leche se derrama, este arranque ha sido un verdadero baldazo de agua fría para el pueblo boquense.
Las jugadas que marcaron el destino
En la cancha, el panorama fue un tango doloroso: pases que no llegan, tiros desviados como flechas sin rumbo, y una defensa que a veces parece un colador. Cada partido siente como una montaña rusa de emociones, donde los goles parecen más esquivos que un golondrina en el invierno porteño.
- Elenco deslumbrante: Riquelme y compañía, aún con la magia en los pies, no han logrado encender esa chispa ganadora.
- Decisiones cruciales: Cambios que llegaron tarde, como una lluvia que alivia un veranito después de horas de calor.
Russo, entre la espada y la pared
Pese a los tropiezos, el fervor y el aguante del hincha no se hace esperar. ¡Esta hinchada es punto y aparte! El amor por la camiseta es inquebrantable, y aunque el río esté revuelto, la esperanza no se pierde. Russo, con el peso del mundo en los hombros, sigue batallando con uñas y dientes. Es fútbol, pasión, y la eterna promesa de que lo mejor está por venir.
Cada partido es un nuevo capítulo en esta novela de amor y desamor en la que Russo busca cambiar el destino y devolver la sonrisa a los xeneizes. Con tanto en juego, el tiempo dirá si este inicio solo fue un mal trago en el camino hacia la gloria. ¡Vamos Boca, siempre con vos!
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