En la Bombonera, esa Meca del fútbol argentino, Boca Juniors y Defensa y Justicia se sacaron chispas en un empate que dejó con gusto a poco a ambos, pero que hizo eco en la racha del equipo de Diego Martínez, ¡que sigue sin cortar los malos resultados como visitante!
¡Un partido electrizante de principio a fin!
Desde el primer pitido del árbitro, La Bombonera vibró como un volcán en erupción. Boca salió con todo, llevando la bandera y empujando al Halcón de Varela contra su propio arco. ¡Eran un torbellino! En el minuto 12, una joya de jugada de Cristian Medina dejó pintado a medio equipo rival, pero el remate final se fue apenas desviado, dejando al público con el grito atragantado en la garganta.
Defensa, por su parte, no se quedó atrás. Con la valentía de un león herido, respondió con contragolpes rápidos que pusieron a prueba a Marcos Rojo y compañía. Sin embargo, sus esfuerzos chocaron contra una defensa xeneize tan sólida como un muro de hormigón.
La constante lucha en el medio campo
El partido fue un vaivén constante, como un partido de ping-pong jugado a 200 por hora. Alan Varela y Pol Fernández se batieron como gladiadores en el medio campo, recuperando pelotas imposibles y repartiendo juego con maestría. Y, cuando el reloj marcaba el minuto 35, ¡BOOM! Un misil teledirigido de Sebastián Villa rozó el palo derecho de Unsain, levantando un «¡uuuh!» al unísono de la multitud.
El segundo tiempo: tensión máxima hasta el final
La segunda mitad no dio respiro. Diego Martínez ajustó las piezas del Halcón con la esperanza de romper la sequía de visitante, mientras que Hugo Ibarra mandó al frente a todos sus soldados buscando la victoria. Luca Langoni tuvo en sus pies la más clara para Boca con un zapatazo tremendo que hizo vibrar los postes del arco visitante. ¡Fue de no creer!
La respuesta de Defensa, como un rayo en día de tormenta, llegó a los 75 minutos con un cabezazo potente de Nazareno Colombo que Rossi sacó milagrosamente con una volada digna de una postal.
Boca presionó hasta el último suspiro
Los últimos minutos fueron puro nerviosismo. Boca, empujado por su hinchada, que no paró de alentar ni un segundo, se lanzó al ataque en una embestida digna del «Toro Salvaje». Pero el gol no llegó, y el empate se selló dejando un sabor agridulce en las gargantas xeneizes. Para Defensa, el empate sumó un punto, pero no logró sacarse la mochila de la mala racha al jugar de visitante.
Conclusión
Este 0-0 en la Bombonera fue una película llena de acción, donde ningún guionista hubiera podido prever tanto suspenso y adrenalina. ¡Qué partidazo! Pero, al final del día, Boca y Defensa tuvieron que conformarse con dividir los puntos y dejar las emociones a flor de piel para la próxima batalla en el verde césped.
¡Así es el fútbol, señores! Un teatro de sueños, pasiones y corazones que laten a mil por hora.
