El inesperado drama de Gullit Peña con Matosas: El fraude en la Liga de Balompié Mexicano
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Carlos «Gullit» Peña, ex figura del fútbol mexicano, ha revelado detalles sorprendentes sobre su amarga experiencia junto a Gustavo Matosas. En un relato que bien podría ser el guion de una serie, Peña cuenta el tormento que vivió en el Club Veracruzano Futbol Tiburón en la Liga de Balompié Mexicano (LBM). A pesar de haber pisado distintas canchas alrededor del mundo, esta etapa fue una verdadera montaña rusa emocional.
La caída del sueño: LBM
La LBM llegó con mucha fanfarria, prometiendo ser la alternativa que el fútbol mexicano necesitaba para competir con la imponente Liga MX. Sin embargo, el globo de ilusión estalló rápidamente, dejando atrás un camino pavimentado de sueños rotos y promesas vacías. Como un gigante con pies de barro, el proyecto se desplomó por la falta de profesionalismo y los severos problemas económicos.
Gullit Peña y el fraude en Tiburón
En una charla apasionada con Yosgart Gutiérrez para el podcast «El RePortero», «Gullit» abrió su corazón sobre lo que ocurrió realmente. Mientras rememora sus días en el Club Veracruzano, describe cómo fue víctima de un fraude junto a sus compañeros, bajo la gestión de Matosas, quien en ese entonces actuaba como directivo, no como entrenador.
“Fue como un gol en contra al último minuto”, comentó Peña con amargura. «Nos prometieron el oro y el moro, pero obtuvimos puro humo.” La frustración resuena en sus palabras al recordar cómo los jugadores más jóvenes, algunos conocidos en el mundo del fútbol amateur como «talacheros», fueron dejados a la deriva sin salario mientras él y otros veteranos veían cómo sus esfuerzos caían en el vacío.
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Penas y lecciones de Matosas
A pesar del caos, Gustavo Matosas intentó mitigar el desastre, apoyando a los jugadores de su bolsillo y enfrentándose a contratos dudosos. “Era como intentar salvar un barco que se hunde con cubetas,” rememora Gullit. Las dificultades llegaron a tal punto que, después de tres meses de decepciones y un ambiente sin sustento, decidieron no continuar.
La revelación de Peña es una lección dolorosa sobre cómo, en el fútbol, la pasión necesita más que ilusiones para triunfar. A veces, incluso los movimientos más prometedores pueden desmoronarse si los cimientos no son sólidos.
La experiencia de Gullit con Matosas es testimonio de que en el mundo del deporte, como en la vida, no todo es color de rosa. Aún después de la tormenta, el amor por el juego persiste, recordándonos que a veces hay que caer para levantarse con más fuerza.
