En un giro del destino que Pumas ciertamente lamenta, el club auriazul se ha desprendido de lo que ahora podría considerarse una joya del fútbol. Hace apenas unos años, el delantero chileno Felipe Mora dejó la institución universitaria por un modesto millón de dólares. Hoy, se alza como uno de los goleadores históricos del Portland Timbers de la MLS.
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La oportunidad que se escapó de Ciudad Universitaria
La historia de Mora es un claro ejemplo de cómo, en el fútbol mexicano, a veces los mejores negocios se esfuman como agua entre los dedos. Mora llegó a Pumas tras un acuerdo que costó al club cerca de 2.5 millones de dólares pagados a Cruz Azul. Junto a su compatriota Martín Rodríguez, aterrizó en una época en la que Carlos González era la estrella goleadora del equipo.
¿Quizás un diamante en bruto que no supieron pulir? A pesar de sus 19 goles en 65 partidos, Mora no logró afianzarse en el equipo, un hecho que ahora deja a los aficionados pidiendo explicaciones.
El rugido silencioso que ahora retumba en la MLS
Desde su llegada a Estados Unidos, Mora se ha convertido en un verdadero titán del área. En marzo de 2025, sumó su gol número 40 con los Leñadores, uniéndose a leyendas del club como Diego Valeri, Fanendo Adi y Sebastián Blanco. Actualmente, con 50 anotaciones, Mora ya es el cuarto goleador histórico del Portland Timbers.
La venta de Felipe Mora no solo representa una pérdida financiera para Pumas, sino también un recordatorio doloroso de lo que pudo haber sido. La pasión y entrega que ahora demuestra en la MLS es algo que los seguidores felinos solo pueden observar a la distancia.
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Reflexión final: Un gol que nunca llegó
El caso de Felipe Mora es un amargo recordatorio de cómo a veces, el fútbol es un juego de oportunidades perdidas y sueños desplazados. Quizás Pumas aún tenga una carta bajo la manga, pero el éxito de Mora en el norte es un eco constante de lo que podría haber sido en el sur.
Con cada gol que anota en la MLS, Mora parece decir: «El talento puede encontrar su camino, incluso lejos de casa.» Una lección para el club y un camino hacia la redención que quizás todavía esté a tiempo de recorrer.
