Cuando en 2021 la Federación Inglesa de Fútbol buscaba nueva seleccionadora, su brújula apuntaba a un solo norte: la victoria. Después de una década de florecimiento para el fútbol femenino en Inglaterra, la Eurocopa de 2022 —celebrada en suelo propio— se alzaba como la meta dorada. Era necesario alguien con experiencia, liderazgo, y un expediente impecable, y esa persona fue Sarina Wiegman.
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El Arte de Ganar
«Lo único que querían era una ganadora», se comenta desde las islas. La disputa finalizó con dos nombres en la competencia: Jill Ellis y Sarina. La precisión en sus análisis y la dedicación de Sarina fascinaron a la FA. Aquella seriedad en su enfoque fue un golpe maestro. Este fichaje fue una declaración ambiciosa: Wiegman se unía como la entrenadora mejor pagada en la historia del fútbol femenino inglés. El torneo en casa no solo trajo victoria, llenó estadios y transformó la percepción del fútbol femenino en la nación.
Un Liderazgo Transparente y Firme
Lo que realmente distingue a Sarina Wiegman no es solo su historial, sino su método. Su liderazgo es claro y directo, como un cañonazo desde fuera del área. “Es muy directa con las jugadoras», revela Charlotte Harpur, de The Athletic. Esta honestidad la llevó a decisiones complejas, dejando claras sus intenciones a Mary Earps y Millie Bright antes del torneo, lo que demostró ser un golazo de confianza para el equipo.
Lecciones Aprendidas en el Camino
El éxito de 2022 trajo cambios. Wiegman se volvió más discreta con la prensa, tratando de proteger a las jugadoras que habían llegado al estatus de celebridades. En el Mundial de 2023 en Suiza, su actitud se suavizó; se mostró más relajada, como una jugadora que, tras anotar varios goles, ahora disfruta del juego en sí.
A Ningún Precio
Tácticamente, Wiegman sigue rimando eficacia con creatividad. Ha sabido reinventar el equipo con rotaciones estratégicas y sólido liderazgo. Su contrato hasta 2027 se perfila como una muralla infranqueable, según la FA, que la considera «intocable». Este domingo, ante España, Wiegman buscará cerrar un círculo en su tercera final de Eurocopa consecutiva, una odisea que ya ha dejado huella imborrable en los anales del fútbol femenino.
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Con una selección nueva y madura, la misión ahora es no solo ganar, sino seguir cincelando la historia. El fútbol femenino de Inglaterra, bajo el mando de Wiegman, se ha convertido en una sinfonía de esfuerzos y sueños, una epopeya en pleno siglo XXI.
