Diego Cocca, el estratega que supo conquistar corazones en Talleres, ha dado un paso al costado y su voz resuena con la pasión de un hincha desilusionado. Su salida del club cordobés ha dejado un eco en la provincia y, claro, en el corazón de los que aman el fútbol. Tras un ciclo que no fue fácil, Cocca se presentó ante los medios con un tono reflexivo pero la fuerte energía que siempre lo caracterizó.

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Reflexiones de un guerrero
«El escenario no era el que quería», confesó con profunda sinceridad. Palabras que caen como un balde de agua fría. Cocca, quien asumió el timón de Talleres en un mar de expectativas, se dio cuenta de que los vientos no soplaban a favor. En un club donde la historia se entrelaza con la pasión de su gente, la presión de obtener resultados se convirtió en una carga pesada.
Una montaña rusa de emociones
Recordando momentos clave, Diego remarcó el partido contra River en el que su equipo luchó hasta el final pero se quedó a un paso de la gloria. Aquel gol que no llegó, ese grito ahogado de la hinchada, lo persiguió incluso después del pitido final. «La T es un amor que nunca se olvida», agregó, con la mirada perdida en esos sueños que parecían más cerca en algunas noches y más lejanas en otras.
- La entrega de sus jugadores siempre fue destacable, corriendo como leones en la cancha.
- Las jugadas ensayadas en la semana terminaban en el aire cuando el silbato sonaba.
- Leyes del fútbol: la suerte a veces gira la cabeza; en este caso, fue esquiva.
Frente a la adversidad, Cocca no solo fue un técnico, sino un líder que buscó transmitir confianza a sus dirigidos, aun cuando el barco parecía hundirse. «Me voy con el corazón lleno», manifestó con una mezcla de amargura y orgullo. La mirada firme de alguien que sabe que el pulso del fútbol no siempre late como uno desea.
No hay despedidas fáciles, y en este caso, se siente una despedida agridulce: un hombre que se va, pero que deja una huella imborrable en la memoria de los hinchas. Su legado, como un tatuaje en la piel de los que vibran con cada partido de Talleres, quedará presente en cada rincón del estadio.

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Aunque el camino no terminó como soñaba, Diego Cocca se lleva consigo el cariño de la gente y la certeza de que en el fútbol, como en la vida, hay que levantarse y seguir luchando. ¡Hasta pronto, Diego! La historia continúa…
