Recientemente, el mundo del fútbol mexicano ha estado al borde de la emoción, y todo gracias a que los Pumas están tras los pasos de Alan Montes para reforzar su defensa central, un puesto que quedó vacante tras la partida de Lisandro Magallán. Sin embargo, la directiva Auriazul enfrenta un dilema que podría amargar su entusiasmo: el precio del joven defensa.
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La cifra que pone el candado en la negociación
Aunque el portal Transfermarkt valora a Alan Montes en 3 millones de euros, los Rayos del Necaxa han establecido su propio precio: 4 millones de dólares. Un monto que hace temblar a más de uno en las oficinas universitarias. Hace unos meses, las Chivas también intentaron hacerse con sus servicios, pero la transacción se esfumó, estancándose en un simple detalle: el aspecto económico. Ofrecieron 2.5 millones, lo que fue insuficiente para convencer a la directiva de Aguascalientes.
El obstáculo que representa la directiva de Necaxa
El equipo hidrocálido no parece dispuesto a jugar en la liga de las rebajas, manteniendo firme su postura sobre la cifra que demandan por su defensa. Por lo tanto, sería esa la suma que los Pumas tendrían que considerar si desean hacer del hermano menor de César Montes una joya en su zafiro defensivo.
A sus 24 años, Montes ha atrapado la atención de Efraín Juárez gracias a su habilidad y talento en la zaga central. Para Juárez, el joven zaguero podría ser el reemplazo perfecto de Magallán, quien ya no renovó con los felinos y ha vuelto a su tierra natal en Argentina, dejando un vacío que se siente como un eco en el estadio.
¿El golpe de gracia económico?
Sin embargo, el precio de Alan Montes podría desinflar las esperanzas de los Pumas, especialmente después de la gran inversión en el fichaje de Aaron Ramsey. Su salario millonario ya está garantizado y esto podría tener un efecto dominó en el presupuesto del club, complicando la llegada de otros refuerzos deseados.
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La afición permanece expectante, con la incertidumbre flotando en el aire, preguntándose si los Pumas darán el paso al frente y acudirán a su billetera para hacer realidad la llegada de Montes, o si, por el contrario, se quedarán solo con el anhelo. ¡El juego apenas comienza!
