En vísperas de la Semifinal de la Copa Oro 2025, Luis Ángel Malagón, portero de la Selección Mexicana, se dirigió a la afición con palabras que reflejan tanto gratitud como empatía profunda. En una declaración que resonó como un potente gol de media cancha, Malagón no solo agradeció el inquebrantable apoyo desde las gradas, sino que también mostró su solidaridad con los inmigrantes afectados por las recientes redadas en Estados Unidos.
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Pies en la cancha, corazón en dos fronteras
El guardameta del América no se quedó callado ante la complicada situación migratoria. En este torneo de la Copa Oro, que es más caliente que un clásico, muchos seguidores han sentido el miedo de asistir al estadio por posibles detenciones de ICE. A pesar de este temor, los fieles fanáticos han acudido a alentar a la selección con un coraje y pasión dignos de un partido decisivo.
Malagón, la voz del pueblo
Malagón, con la honestidad de un penalti bien cobrado, compartió: “Uno al salir a la cancha representa a millones de paisanos que están por acá, que, a lo mejor, no tienen la oportunidad de ir a México. Yo lo vivo en carne propia, porque también tengo familia que lamentablemente no tiene documentos.”
Con estas palabras, hizo resonar un eco que va más allá del deporte, tocando las fibras más sensibles de la comunidad.
El poder de una afición inquebrantable
La conexión de Malagón con su audiencia es tan clara como un pase al pie. Subrayó la importancia de ver a la afición en las gradas, prometiendo dar lo mejor en la semifinal contra Honduras. Con la determinación de un equipo que se juega la final, aseguró: “Uno nunca sabe qué tienen que hacer para venir a apoyarnos… Agradecer que están apoyándonos es algo que uno debe tener muy en mente. Salir a la cancha es tratar de regresarle a la afición un poco de ese amor.”
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Así, ante el próximo desafío, el equipo mexicano está decidido a entregar el alma en la cancha, con la pasión de mil soles, para honrar a aquellos que, a pesar de todo, nunca dejan de alentar. La Semifinal de la Copa Oro 2025 no será solo un juego, sino una batalla cargada de emoción y esperanza.
