Ya es un hecho: el Palmeiras ha logrado el primer boleto a los cuartos de final del Mundial de Clubes, tras imponerse al Botafogo en un duelo electrizante decidido en la prórroga gracias a la magia del verdadero ‘10’ del Verdao: Paulinho. Un héroe inesperado que, a pesar de una carrera llena de obstáculos, ha emergido para convertirse en el faro de esperanza de un conjunto que sueña con hacer historia en Estados Unidos.

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Las Estrellas que No Brillaron
Antes del inicio del torneo, todas las miradas estaban puestas en Estevão y Richard Ríos como las joyas de la corona del equipo de Abel Ferreira. Algunos vaticinaban que Vitor Roque también desplegaría su talento en la delantera del Palmeiras, deseoso de resurgir tras su paso por España.
No obstante, aunque Estevão ha mostrado su indudable calidad, no ha logrado ser determinante en el marcador. Ríos, pilar en la medular, tampoco ha dejado su huella en el ataque, y Roque, ex del Barça, aún busca reencontrarse con su mejor versión.
Paulinho: El Salvador del Verdao
Suplente en los partidos anteriores contra el Porto y el Al-Ahly, Paulinho había tenido escasos 42 minutos en el campo antes de la decisiva última jornada de la fase de grupos frente al Inter Miami. Sin ser titular, su magia resurgió cuando su equipo más lo necesitaba. Ingresó al campo y, con el marcador adverso 2-0, firmó el 2-1 en el minuto 80, reviviendo las esperanzas del Palmeiras, que logró el empate en el 87, asegurando así el liderato del Grupo A.
Aunque no comenzó el choque contra el Botafogo, su entrada en el minuto 63 fue crucial. En el tiempo extra, con una maniobra magistral, se adentró por la derecha y, con un disparo raso, selló su idolatría entre los seguidores del Verdao.

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Un Viaje de Superación
Desde su debut con el Vasco da Gama a los 16 años, donde hizo historia como el goleador más joven del Brasileirão, Paulinho se perfiló como una de las mayores promesas de Brasil. Su saga en Europa comenzó con el Bayer Leverkusen por una cifra récord, aunque las lesiones frenaron su ascenso.
Regreso y Renacer
Regresó a Brasil con el Atlético Mineiro, donde su desempeño le llevó a las puertas de la selección nacional. Sin embargo, su camino no ha estado exento de dificultades, enfrentándose al odio por sus creencias religiosas.
Hoy, como nuevo ídolo del Palmeiras, Paulinho ha encontrado un nuevo hogar, y con su fe en el Candomblé intacta, caza sueños imposibles y nos recuerda que en el fútbol, como en la vida, nunca se debe subestimar al corazón de un campeón. Ahora, el Verdao se prepara para enfrentar al vencedor del duelo Benfica-Chelsea, y con Paulinho en el campo, todo es posible.
