La victoria que desató la controversia: Ceppelini y su mensaje
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La reciente victoria de Alianza Lima sobre Melgar en Arequipa no solo dejó un marcador favorable para los blanquiazules, sino también un aguijón en la piel de muchos. El uruguayo Pablo Ceppelini no se guardó nada y, como lanzando un globo aéreo, utilizó sus redes sociales para destacar la brillante actuación del arquero Guillermo Viscarra. «Partidazo, hermano. Que cierren la boca los que nunca jugaron al fútbol. Quinto partido seguido con el arco en cero», escribió Ceppelini, acompañando sus palabras con una foto junto al arquero en el avión de regreso a Lima.
La otra cara del juego: ¿Críticas con justo clamor?
La frase de Ceppelini resonó como un disparo desviado, provocando reacciones en el mundo del periodismo deportivo. Alan Diez, reconocido periodista, no se quedó callado y respondió con un comentario contundente. «Cómo me revienta cuando dicen ‘no sabe nada el que no ha jugado’. Luego, estos mismos jugadores terminan su carrera de futbolistas para ser comunicadores. ¿Quién les va a decir que hablan mal o bien?», expresó Diez, dejando claro que el debate entre jugadores y comunicadores sigue muy vivo.
El eco de un vestuario dividido
Las críticas no se detuvieron ahí. Pedro García también se sumó a la discusión, como un correcaminos con el balón, destacando la foto de Ceppelini y Viscarra: “Otro que habla sin jugar”, sentenció el comunicador, alimentando la polémica en torno al comentario del mediocampista.
Mientras tanto, Eloy no dudó en cuestionar las declaraciones de Bernardo Cuesta acerca del penal que le dio el triunfo a Alianza. «Melgar, personificándose en Bernardo Cuesta, es un buen delantero, pero no la tocó. Estaría bueno que la toque y después hable», dijo, haciendo alusión a que las palabras no siempre se traducen en rendimiento en el campo.
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Con este revuelo, queda claro que en el mundo del fútbol peruano, el partido no solo se juega en la cancha, sino también en las redes y en el corazón de quienes viven este deporte con pasión desbordante. ¡El balón sigue rodando y las palabras también!
