En una muestra de valentía digna de una épica futbolera, Johan Vásquez, el aguerrido defensa mexicano, decidió no quedarse en la banca y suplicó por una oportunidad para defender la camiseta tricolor ante Surinam. A pesar de su lesión, se armó de coraje y, cual guerrero, solicitó a Javier Aguirre formar parte del once inicial, llevando al límite su físico en pro del equipo.

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¿Por qué jugó Johan Vásquez lesionado contra Surinam?
Con las emociones a flor de piel, Vásquez, defensor destacado del Genoa en la Serie A de Italia, confesó que pidió jugar aunque todavía no estaba al 100%. Sentía que debía aportar su granito de arena para llevar a la selección a la victoria. «Había un poco de riesgo», declaró, «pero esas ganas de ayudar al equipo eran más grandes que la preocupación por mi estado».
El dilema de un guerrero
El estratega Javier Aguirre dudaba sobre el estado físico del jugador, pero Johan, con la pasión de quien defiende su tierra, fue claro: «No estoy al cien por ciento, pero quiero ayudar», expresó, desnudando su deseo de ser parte del triunfo.
Tal cual un charro dispuesto a todo por la victoria, Vásquez se batió durante 78 minutos en el terreno de juego antes de ceder su lugar a Chiquete Orozco. La afición sintió cada minuto como un abrazo en el alma, sabiendo que uno de los suyos entregaba el corazón en cada jugada.
Este gesto no fue solo un acto de entrega, sino una lección de compromiso y amor por la camiseta. Johan Vásquez demostró que, a veces, el deseo de estar en la cancha puede ser más fuerte que cualquier lesión, dejando claro que en el fútbol, como en la vida, las ganas lo son todo.

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