El Cerrito, Valle del Cauca — Jefferson Lerma, el volante estrella de la Selección Colombia en la Copa América 2024, no solo brilla en el campo de juego, sino también en su querido barrio El Cincuentenario. Los habitantes de El Cerrito exaltan la humildad y generosidad del futbolista, quien ha dejado una huella imborrable en su comunidad.
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Desde pequeño, Lerma fue impulsado por los sacrificios de su madre, quien se empeñó en guiarlo hacia el éxito. Hoy, el jugador no olvida sus raíces y retribuye ese apoyo con cuantiosos aportes, especialmente durante la Novena de Navidad en diciembre, donde siempre asegura una sonrisa para los niños al entregarles recursos y juguetes. «El siempre contribuye para los niños», afirmó Duván Zapata, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio.
Un Homenaje en Honor al Ídolo
La comunidad de El Cincuentenario decidió rendir un homenaje especial a su héroe local. Un mural que celebra la dedicación y el constante apoyo de Lerma fue plasmado en el polideportivo del barrio por el artista bugueño Álvaro Cano, conocido como «La Liebre». Esta obra no solo conmemora sus logros futbolísticos, sino también su devoción por la iglesia y su compromiso con diversas causas enfocadas en los niños y jóvenes del sector.
“El mural fue nuestra manera de agradecerle su comportamiento con todos nosotros”, explicó Zapata. La obra, que llevaba años en planificación, finalmente vio la luz gracias al esfuerzo conjunto de los residentes, quienes consideran a Lerma un verdadero ídolo que encarna sus sueños y esperanzas.
Celebración y Orgullo
Curiosamente, el mural se completó justo antes de un momento cumbre en la carrera de Lerma. En un reciente partido contra Uruguay, su gol decisivo condujo a la Selección Colombia a la final de la Copa América. ¡Qué golazo! La celebración en el barrio fue apoteósica. Zapata no pudo contener su emoción al describir la alegría que invadió a todos: “Nos dio una alegría tan grande”.
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Este homenaje representa el impacto positivo que Jefferson Lerma ha tenido en su comunidad. No se trata solo de sus proezas en la cancha, sino también de un reconocimiento genuino y sincero por todo lo que ha hecho y sigue haciendo por su barrio. La figura de Lerma se ha convertido en símbolo de esperanza para cientos de niños que sueñan con seguir sus pasos.
En cada pase, en cada gol, Lerma demuestra que nunca olvida sus raíces. Su historia es una lección viva de humildad y perseverancia, que inspira a jóvenes y adultos a luchar por sus sueños. Y ahora, su legado perdura no solo en los estadios de fútbol, sino también en el corazón de El Cincuentenario, donde su nombre se pronuncia con admiración y orgullo.
