Darío Benedetto ha tomado la decisión de vestir la camiseta de Newell’s Old Boys y no podría estar más emocionado. ¡Es un momento de pura pasión! «No le erré en venir acá», afirma con una sonrisa que ilumina su rostro. ¡Y cómo no! El Pipa es un verdadero guerrero del fútbol argentino, y su llegada a Rosario se siente como el reencuentro de un hijo pródigo con su hogar.

Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Un regreso cargado de emociones
Desde que el humo de la negociación comenzó a disiparse, Benedetto no ha dejado de sonreír. Su determinación se siente a flor de piel, como si estuviera listo para volar en el aire y festejar un gol que prometen gritar todos los hinchas leprosos hasta que se queden sin voz. Con esa mirada de quien tiene fuego en el corazón, el delantero dejó en claro que para él, Newell’s es más que un club: es una pasión que corre por sus venas.
Las palabras que encienden la ilusión
En una entrevista plagada de sinceridad, Darío expresó su alegría de estar en la Lepra, como un sueño que vuelve a cobrar vida. «Es un orgullo enorme, no sólo jugar acá, sino poder darlo todo por esta camiseta», compartió, mientras sus ojos brillaban con el mismo destello de un golazo en el Coliseo. Entre risas y anécdotas sobre su infancia, Benedetto recordó cómo cada rincón de Rosario lo conecta con su esencia, como si fuera el latido de su propia historia.
- Goles y alegrías: Su regreso promete emociones fuertes y esa conexión con el público que jamás se olvida.
- La familia: Benedetto siempre enfatiza la importancia de la gente en su vida. «Voy a dejar todo por ellos», aseguró.
- El desafío: Consciente de lo que representa esta etapa, el atacante sabe que en Newell’s no se juega sólo por la gloria, sino también por la historia que se escribe cada domingo.
No hay duda de que el Pipa viene a sumar goles, pero también a regalar pasión y entrega en cada jugada. Que tiemble la red, que el aliento de los hinchas se escuche en todo el país. Este capítulo promete ser emocionante, lleno de sorpresas y con un Darío Benedetto dispuesto a dejar huella. ¡Vamos, Lepra, que esto recién comienza!
