Lima, 14 de mayo – ¡Un terremoto sacude la Liga 1! El director técnico argentino del Alianza Lima, Néstor Gorosito, ha recibido una sanción de nada más y nada menos que 8 fechas de suspensión. Todo esto surge a raíz de una «ofensa al honor» dirigida a los oficiales del encuentro en el que los íntimos cayeron 0-1 frente al aguerrido Cienciano de Cuzco, el pasado 3 de mayo.

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Decisiones de la Comisión
La Comisión Disciplinaria de la Federación Peruana de Fútbol no se anduvo con rodeos. También castigó con mano dura al director deportivo del Alianza, Franco Navarro, quien compartirá la misma suspensión que Gorosito. La resolución de esta controversia fue anunciada con bombos y platillos por medios locales este miércoles.
Una Jornada sin Aficionados
La hinchada blanquiazul vivirá una experiencia inédita: ver a su amado Alianza jugar a puertas cerradas en el emblemático estadio Alejandro Villanueva. Tras el lanzamiento de objetos al campo en el partido contra Cienciano, las gradas se mantendrán en silencio, un eco sombrío resonando por la ausencia de sus fervorosos cánticos.
El Drama en el Campo
Durante el encuentro, el árbitro Bruno Pérez desató una tempestad al cobrar un penal para Cienciano en los minutos finales. Carlos Zambrano, cual defensor en película de acción, fue expulsado tras cometer la falta. Como un tigre en cautiverio, Paolo Guerrero protestó acaloradamente al colegiado, acción que terminó con su expulsión.
Gorosito, observando la escena desde su banca, la cruzó como un general enfurecido en busca de justicia, un gesto que el presidente de la Conar, Winston Reátegui, comparó con llamar «caradura» al árbitro. Un movimiento que se quedó impregnado en las memorias de todos.

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Amenazas y Desmentidos
La controversia creció al día siguiente, con carteles apareciendo en la entrada de la FPF, amenazando a los árbitros con el macabro mensaje: «Cuando matemos a un árbitro, van a dejar de robarnos». Pero los dirigentes del Alianza negaron toda implicación.
Este capítulo está destinado a ser uno de esos que quedará grabado en la historia del fútbol peruano y resonará en las mentes de los aficionados por mucho tiempo. La pasión y el drama en cada partido es lo que mantiene viva la llama del deporte rey.
