¡La Roja se sintió despojada! El duelo frente a Canadá, que terminó en un empate amargo, dejó un sabor agrio y amargo en nuestras gargantas. No se habló solo de fútbol, sino del polémico arbitraje de Wilmar Roldán, que puso la guinda en un partido que estuvo para el infarto.
Decisiones Controversiales que Encendieron los Ánimos
Desde el inicio, Roldán parecía tener la intención de ser protagonista. Un árbitro que, en momentos clave, no supo estar a la altura de lo que se esperaba. ¡Cada decisión suya encendía la cancha y los corazones de los hinchas de la Roja! Era como si el pito y la tarjeta fueran sus mejores aliados en una performance que dejó mucho que desear.
El Penal No Cobrado
Corría el minuto 35 cuando Alexis Sánchez, el crack de Tocopilla, se desmarcó y fue claramente derribado en el área canadiense. ¡Todos gritamos penal! Pero Roldán, en una movida que parece sacada de otro cuento, decidió no sancionar nada. La incredulidad recorrió los rostros de jugadores y aficionados, y los gritos de «¡arbitro vendido!» resonaron en el estadio. Sánchez se tomó la cabeza y no podía creerlo, como si la tierra se lo quisiera tragar.
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El manejo de las tarjetas fue otro punto negro. En el segundo tiempo, Vidal recibió una amarilla por una falta que apenas fue un roce – ¡por favor, si en Chile eso no es ni falta en el barrio! -, mientras que Davies, el canadiense estrella, se fue limpio después de una fuerte entrada sobre Isla. ¡Aquí el que no salta es un ladrón! parecía el cántico de la hinchada viendo como la parcialidad de Roldán ensombrecía el encuentro.
Análisis: Un Arbitraje para el Olvido
Roldán no estuvo fino en sus decisiones y eso influyó directamente en el resultado, que terminó siendo un empate 1-1, pero con sabor a derrota para la Roja. Nos queda la sensación de que pudimos haber llevado algo más que un punto, si el arbitraje hubiese sido justo e imparcial.
Reflexión Final
El fútbol es pasión, entrega y, sobre todo, justicia. El espectáculo deportivo se ve empañado cuando el árbitro no logra desempeñar su labor de manera neutral y profesional. Esperemos que esta amarga experiencia sirva de lección para todos y que, en el futuro, podamos disfrutar de partidos donde lo que predomine sea el buen fútbol, y no la polémica arbitral.
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