El Borussia Dortmund enfrentaba una «cuesta empinada» tras el revés sufrido en Montjuïc. El equipo dirigido por Niko Kovac llegó con el ánimo tocado después de un tropiezo en los cuartos de final de la Champions en Barcelona, preparado para el «der Klassiker» en el imponente Allianz Arena de Múnich. El destino les tenía preparado un duelo con tintes de redención. Con un empate 2-2, el equipo de la Cuenca del Ruhr encontró un respiro en lo moral, aunque la clasificación dejó un sabor agridulce.

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Cambios tácticos y un primer tiempo complicado
Niko Kovac optó por volver a la formación con tres centrales y dos carrileros, abandonando la defensa de cuatro utilizada en el Estadi Olímpic. Introdujo cinco cambios respecto al último partido y, sin embargo, los primeros 45 minutos fueron cuesta arriba. El Bayern, liderado por su artillería pesada, fue un torbellino. En ese torbellino, el portero sueco Kobel se erigió como una auténtica muralla, frustrando los intentos de Kane, Sané y Stanisic. Así, contra todo pronóstico, se llegó al descanso con un 0-0.
El partido toma un giro inesperado
El equipo de Vincent Kompany finalmente pagó un precio elevado por sus errores frente a la portería contraria. En un abrir y cerrar de ojos, el Borussia Dortmund aprovechó su primera oportunidad clara con un cabezazo impecable de Maximilian Beier tras un centro de Ryerson. Con ese tanto, el partido se convirtió en un espectáculo de pura adrenalina.
Las sustituciones clave de Kompany
El empate no tardó en llegar. Una gran carrera de Gnabry, seguida por un pase a Kane, terminó en un tiro imparable de Guerreiro, quien había entrado al juego tan solo nueve minutos antes. Gnabry, en un estado de gracia, remontó el partido con un eslalon impresionante para poner al Bayern adelante 2-1. Sin embargo, en medio de la anarquía que reinaba, Guirassy obró una acrobacia que terminó con Anton enviando el balón al fondo de las mallas para el empate final.
El encuentro cerró con un crescendo caótico, donde las ocasiones se sucedieron en un frenesí. Sorprendentemente, ningún equipo logró deshacer el 2-2. El Dortmund se va del Allianz con la moral más alta, por lo que encara la vuelta contra el Barça con renovada esperanza.

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