El Real Madrid parece haberse sumido en una montaña rusa de emociones en esta fase final de temporada, aferrándose a lo milagroso partido a partido. Los pupilos de Ancelotti se han convertido en expertos en complicarse la vida, un poco como un malabarista que decide añadir aros de fuego justo cuando ya tenía el equilibrio bajo control. Este desdén por las instrucciones del entrenador italiano da la sensación de que el vestuario está agotado de su liderazgo desde el banquillo. Con esta derrota, que se veía venir desde hace un tiempo, el equipo blanco se aleja de la pelea por la Liga. Es ya la tercera caída en el Bernabéu, la quinta en La Liga, y la décima cuenta de la temporada. Mamardashvili se erigió como un auténtico muro imposible de sortear, frustrando la remontada, mientras que Hugo Duro puso la puntilla en el tiempo añadido, dejando al Barça con la oportunidad de abrir una brecha de cinco puntos.
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Real Madrid: La cabeza en Londres, más que en el césped
Frente al Valencia, los de Carletto parecían tener su mente más en Londres que en el césped del Bernabéu. Una alineación con Lucas en la derecha y Tchouameni de central, descansando Rodrygo, dejaba claro este enfoque. Modric y Valverde en el medio, y Brahim arriba, delineaban una estrategia con la vista en encuentros futuros. La portería fue ocupada por Fran González, en un baile de arqueros provocado por la baja de Courtois y las molestias de Lunin. En el bando contrario, la mano de Corberán había revitalizado al Valencia, que se plantó con un sistema de tres centrales para complicar el plan madridista.
Penalti fallado, gol encajado: la historia del primer tiempo
La primera mitad comenzó con el suspense de un penalti ratificado por el VAR tras un choque entre Mbappé y Tárrega, sin embargo, Vinicius no logró transformar un penal que se le escapaba como agua entre los dedos, sumando el segundo fallo seguido desde los once metros. Apenas había digerido el estadio este error cuando, en un córner, Diakhaby asestó el golpe que dejó al Madrid remando a contracorriente durante 75 minutos. Intentos de empatar hubo, como un gol en propia meta de Diakhaby, anulado por fuera de juego, lo cual solo aumentó la frustración en el banquillo de Ancelotti, quien acabó amonestado. Una primera parte de altibajos que terminó a favor del Valencia, mientras el Madrid mostraba a ratos destellos de genialidad con un Mbappé en auge y un Vinicius luchando en marejada.
La segunda mitad: oportunidad perdida y la sombra de la derrota
Con la vena competitiva marcada tras la charla en vestuarios, el Madrid se lanzó al ataque. Como un torero que busca redimirse tras varios pinchazos, los blancos incrementaron la intensidad, encontrando su recompensa con un gol de Vinicius. Así, aligeraban la presión sobre Ancelotti, que todavía suspiraba por la victoria. Sin embargo, las manos salvadoras de Mamardashvili se alzaron como un faro en la tempestad, frustrando los constantes asaltos merengues.
Pero lo que iba camino de ser un empate épico se convirtió en una amarga ironía con una contra letal del Valencia. Hugo Duro asestó el golpe definitivo en el descuento, dejando al Madrid tambaleándose y al Barça frotándose las manos. El Bernabéu, con un silencio sepulcral primero y luego con silbidos de desaprobación, despedía un equipo que había perdido su chispa competitiva, dejando la sensación de un adiós prematuro a La Liga.
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