La jornada del clásico entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, el pasado sábado 5 de abril, estuvo lejos de ser la fiesta del fútbol peruano que todos esperábamos. La «fiesta del balompié» se desbordó en un maremágnum de violencia y caos en diversas partes de la capital. Tristemente, el día que debía unir a los fanáticos en la pasión del fútbol se convirtió en una tarde de lucha campal y miedo.

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Violencia desatada en las calles de Lima
Mientras el balón rodaba con la promesa de un espectáculo futbolístico en el estadio Alejandro Villanueva, epicentro del enfrentamiento entre los gigantes de Alianza Lima y Universitario, afuera, en las calles de Villa El Salvador, un joven enfrentaba una brutal realidad. Fue atacado sin compasión por presuntos barristas, que, como si fuera una escena sacada de una pesadilla, lo golpearon y arrojaron piedras mientras yacía indefenso en el suelo. «¡Es una locura!», comentó un testigo que grabó el dantesco acto. El joven lucha ahora por su salud, mientras su familia pide apoyo a gritos.
El terror se apodera de Carabayllo
La violencia no se detuvo ahí. A la altura del kilómetro 19 de la icónica avenida Túpac Amaru, Carabayllo fue escenario de un épico enfrentamiento digno de una película dramática. Barristas de Universitario y Alianza Lima cruzaron sus destinos en una batalla campal, peloteando la paz pública a punta de pedradas y palazos. La policía no tuvo otra que desplegarse cual figuras de ajedrez para intentar dispersar, por medio de gases lacrimógenos, el tumulto que llenó de nerviosismo a vecinos y transeúntes.
Un país en alerta: Iquitos, Ucayali, Ayacucho y más
El eco de la violencia se extendió más allá de la capital. Iquitos también se encontró atrapada en la red de conflictos cuando una joven, Zila Domínguez Pinche, de solo 22 años, fue alcanzada por una bala en medio de un choque entre barristas. «Parecía un campo de batalla», exclamaron los testigos. Afortunadamente, fue socorrida por vecinos que la llevaron al hospital más cercano.
Mientras tanto, en Ucayali, Ayacucho y Amazonas, el pánico por actos de vandalismo llenó el ambiente de incertidumbre y miedo, recordándonos que la pasión desbordada puede convertirse fácilmente en una carta peligrosa.

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El partido
De vuelta en la cancha, el juego comenzó puntualmente a las 19:00 horas, en un Alejandro Villanueva donde el césped y la gradería rezumaban tradición. Este primer clásico de la temporada 2025, bajo el manto de la Liga 1, no solo era un enfrentamiento deportivo, sino una lucha por el honor y la reivindicación después de las derrotas en la Copa Libertadores. A pesar de estar rodeado de un ambiente de temor, los jugadores buscaban regalar a su hinchada un momento de júbilo en 90 minutos de adrenalina.
Las expectativas eran altas, y la audiencia esperaba que los equipos marcaran la diferencia dentro de las cuatro líneas del terreno de juego, olvidando por un momento el caos exterior. Sin embargo, la sombra de la violencia dejó una huella amarga en esta fecha futbolística, un recordatorio de que, juntos, debemos trabajar por un entorno donde el balón sea el verdadero protagonista.
