¡Qué semana para el Xeneize! A todos nos dio un vuelco el corazón en el estadio, cuando Williams Alarcón cayó al suelo como si el mismo cielo se le viniera encima. Y es que en el enfrentamiento contra Defensa y Justicia, el medio centro de Boca nos dio un buen susto cuando, al intentar recuperar un balón en el medio del campo, su rodilla hizo “crac” y el silencio en la Bombonera fue ensordecedor.
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Un Gigante Detenido en Seco
Alarcón, quien ha sido una pieza clave en la estructura del equipo, se desplomó como un roble talado. La afición bostera contuvo el aliento: la incertidumbre se apoderó de la tribuna, donde las pasiones siempre están al rojo vivo. Apenas terminó la jugada, los médicos ya estaban en el campo con la celeridad de una estampida de caballos, tratando de entender la gravedad de lo que acabábamos de presenciar.
Una Jugada para el Olvido
En una tarde que prometía ser un carrusel de emociones, todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. El partido se transformó en una novela de suspenso, donde cada tic del reloj era un latido en la espera de un veredicto. Cuando Alarcón fue retirado en camilla, el aplauso cerrado de los hinchas fue como un fuerte abrazo que intentaba darle fuerzas.
- Williams había sido una luz en el medio campo, con pases rápidos y dinámicos como el viento.
- Su capacidad para recuperar balones y distribuirlos como quien reparte caramelos en un cumpleaños lo había hecho destacar ese día.
- El destino le jugó una mala pasada cuando, en ese fatídico instante, la rodilla le indicó que el cuerpo no podría seguir el ritmo del corazón.
En la Mente de Todos
Ahora, la afición y el cuerpo técnico están con el corazón en la boca, esperando el parte médico. ¿Volverá pronto a derramar su magia en el césped, o nos tocará extrañarlo más de lo deseado?
El ambiente post partido estaba cargado de emociones, como si un tango melancólico sonara de fondo. Mientras tanto, en los bares cercanos, los debates sobre su recuperación comenzaron a circular como un gol bien contado. Todos esperamos verlo pronto con el 8 en la espalda, porque su garra y talento son parte integral de ese sueño boquense que todos compartimos. ¡Fuerza, Williams! Tu hinchada está contigo, hoy y siempre.
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