Diego Pablo Simeone tiene la mirada fija en una semana que podría ser un punto de inflexión para el Atlético de Madrid en esta apasionante temporada. Los colchoneros están a punto de embarcarse en una serie de enfrentamientos que podrían definir sus verdaderas aspiraciones. Este domingo se verán las caras con el Getafe, seguido por desafíos monumentales al recibir al Real Madrid en la vuelta de los octavos de la Champions, y un viaje al campo del Barcelona en Liga. Es una ruta empinada, pero el equipo está listo para bailar con los gigantes.
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Creciendo juntos
Con un mensaje breve pero potente, Simeone enchufó a su equipo y hinchada: «Todo es posible siendo un equipo«. En su estilo habitual, sincero y enfocado, el técnico argentino subrayó que su prioridad inmediata es conquistar el duelo ante el Getafe este domingo. No hay espacio para distracciones ni rotaciones anticipadas, a pesar de que Julián Álvarez está al borde de la suspensión que le dejaría fuera contra el Barcelona. «Lo único que me importa es el partido de mañana», señaló con la seguridad de un capitán en aguas turbulentas.
Decisiones y dilemas
Simeone se enfrenta a un rompecabezas en defensa, meditando entre los servicios de Reinildo y Javi Galán: «Está jugando más Galán porque nos hace bien como equipo. De Reinildo ya conocemos sus cualidades defensivas«. Con la sabiduría de un ajedrecista, el Cholo asegura a Reinildo: estará preparado para cuando le toque. Azpilicueta marcha viento en popa hacia su regreso a los terrenos de juego, mientras que a Koke se le pone el freno de mano tras su impaciencia por jugar.
El desafío en Getafe
El técnico prevé un enfrentamiento contra el Getafe que no será un paseo por el parque. «Será diferente al partido del Metropolitano, en su casa tienen una fortaleza importante,” destacó. El Getafe ha perfeccionado su ataque y su intensidad en el terreno de juego. Simeone sabe que tendrá que llevar el partido a su terreno para salir airoso. Pero la defensiva del Atlético es un fortín, pues se encuentra entre las más herméticas de las grandes ligas de Europa. «Los equipos que llegan a los máximos objetivos son los que menos reciben, no hay campeón que reciba muchos goles«, recordó, una verdad tan constante como el canto de un gallo al amanecer.
