El vínculo entre el fútbol argentino y el mexicano es como un tango que se baila en el campo de juego, lleno de pasión, pero no exento de desilusiones. Mientras que la Liga MX ha servido de trampolín para muchos jugadores argentinos, el destino de los entrenadores ha sido menos amable. Muchos que plantaron bandera de éxito en tierras mexicanas han naufragado al regresar a casa, y Fernando Gago es el último en sumarse a esta lista de estrategas que no pudieron replicar su brillantez en la Liga Profesional de Fútbol de Argentina.
Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
El fin de la era Gago en Boca Juniors
Fernando Gago, el hombre que alguna vez orquestó el mediocampo de Boca, parece que hoy juega su último partido como director técnico en el club de sus amores. Tras un paso prometedor por Chivas, donde todo parecía ir sobre ruedas en un ambicioso proyecto a largo plazo, Gago regresó a Argentina con la esperanza de volver a iluminar La Bombonera. Sin embargo, la eliminación en la fase previa de la Copa Libertadores fue la gota que derramó el vaso y desató una tormenta de críticas y descontento en la hinchada boquense, quienes hoy claman por su salida como si de un penal errado se tratase. Su adiós parece ser cuestión de minutos en el partido, un gol en el tiempo añadido.
Otros técnicos que no encontraron fortuna en Argentina
Gago no está solo en este desafortunado club. Es como si la cinta de vídeo se rebobinara una y otra vez para estos entrenadores. Recordemos algunos otros ejemplos de técnicos que cruzaron la frontera de regreso y encontraron más obstáculos que éxitos:
Ricardo La Volpe, un histórico sin respaldo
Ricardo La Volpe, aquel mago de la táctica que tanto logró en México, tuvo su oportunidad con Boca Juniors en 2006. Su equipo, lleno de figuras estelares como Martín Palermo y Juan Román Riquelme, era un arsenal que parecía invencible. Sin embargo, en este guion de película de suspenso, las cosas se torcieron rápidamente. La falta de química con los jugadores veteranos fue su gran enemigo, y tras una derrota crucial ante Estudiantes en la final, su tiempo al frente duró apenas tres meses, lo que en el universo del fútbol equivale a un suspiro.
Turco Mohamed, de la gloria en la Liga MX a la decepción en Huracán
El Turco Mohamed, el emperador que conquistó títulos en Xolos, América y Rayados, vivió momentos para olvidar en Huracán en 2019. Fue una de sus peores pesadillas futbolísticas, en donde, tras ser eliminado en la fase preliminar de la Copa Libertadores, dejó el banquillo entre disculpas y rostro desencajado: «No le pude llegar a los jugadores», concluyó.
Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Gustavo Matosas y su fugaz incursión en Estudiantes
Gustavo Matosas, quien supo hacer vibrar a los aficionados de León y América con triunfos y trofeos, se encontró en la cuerda floja desde el inicio en Estudiantes de La Plata. Solo dos meses duró su intento de sinfonía futbolística, frenado en seco por una eliminación temprana en la Copa Sudamericana. Años después, su reputación tambaleó con polémicas ajenas a lo futbolístico.
Pedro Caixinha y el naufragio con Talleres
Pedro Caixinha llegó a México irradiando confianza y dejó su registro de trofeos bien marcado. En 2022, intentó replicar la fórmula en Talleres, Argentina. Sin embargo, su equipo cayó en una racha negativa de solo cinco triunfos en 21 encuentros, lo que derivó en una lluvia de críticas y su posterior salida. «Nos estábamos muriendo de nada», sentenció Andrés Fassi justificando el cambio.
Un laberinto intrincado en el fútbol argentino
El caso de Fernando Gago resalta un patrón recurrente: aquellos que han saboreado el dulce néctar del éxito en la Liga MX parecen perderse en el complicado laberinto del fútbol argentino. La presión es mayor, la estabilidad, menor, y las expectativas tienden a acabar con sus sueños como un viento que derriba un castillo de naipes. Gago está a un paso de repetir la historia y, con él, se firma otro capítulo de este relato entrelazado de éxitos y fracasos. El telón está a punto de caer nuevamente, solo resta esperar el final del acto.
