Los colegiados del fútbol español han levantado la voz al unísono, como un coro desafiante en medio de la tormenta digital, para condenar las amenazas y ataques dirigidos a su compañero José Luis Munuera Montero. Tras el duelo en El Sadar entre Osasuna y Real Madrid, las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla, donde Munuera Montero fue el blanco de críticas furiosas por sus decisiones arbitrales. Estas incluyeron la señalización de un penalti de Camavinga a Budimir por un pisotón y la expulsión de Jude Bellingham tras un insulto en inglés.
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Un Comunicado de Solidaridad
Con palabras que resuenan como un misil directo a los corazones de quienes entienden la pasión del fútbol, el colectivo arbitral manifestó su absoluta repulsa a los ataques. «Los árbitros y árbitras profesionales expresamos nuestra más absoluta repulsa a los ataques y amenazas que nuestro compañero José Luis Munuera Montero está recibiendo a través de las redes sociales, afectándole a él y a su entorno familiar», relata el comunicado con una firmeza que se clava como un estandarte.
La Realidad de los Árbitros: Una Odisea Semanal
En una liga donde el balón rueda con la energía de una estrella fugaz, las jornadas no son ajenas al odio y la violencia verbal. «Estos ataques se suman al odio y violencia verbal con el que cada fin de semana tenemos que desempeñar nuestro trabajo profesional. En las categorías de base, lamentablemente, se convierte en violencia física en más casos de los que quisiéramos reconocer», subrayaron, como un lamento que resuena en los estadios vacíos de respeto.
Un Llamado a la Cordura
Se hace un llamado a la cordura a todos aquellos que viven el fútbol como una pasión desbordante. Así como un derbi encumbra rivalidades históricas, también debe recordar el valor del respeto mutuo. Los árbitros piden, como un gol en el último minuto que iguala la contienda, un alto a los ataques que manchan el buen nombre de un deporte amado por millones.
La jornada sigue, el balón vuelve a rodar, pero no olvidemos que los ataques que traspasan el silbato no tienen cabida en el juego más hermoso del mundo.
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