Las jóvenes promesas del fútbol sala femenino del Gijón Fútbol Femenino se han visto inmersas en una tormenta de insultos y vejaciones que ha empañado el bello juego y la deportividad que se espera mantener en los campos. Expresiones despectivas como «eso es un niño» o «vaya marimacho» han sido dirigidas a estas talentosas jugadoras de 10 y 11 años durante los partidos de la última temporada. Estos comentarios hirientes han aparecido en las pistas donde compiten, como oscuros nubarrones en el horizonte de una soleada tarde de fútbol.
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Una situación insostenible: El clamor del club
Desde el club Gijón Femenino, Xosé Estrada ha expresado su incredulidad ante estos desagradables episodios. «Las niñas están muy afectadas», comenta, reflejando la conmoción y tristeza entre las jugadoras y sus familias. El club ha alzado la voz con un comunicado oficial denunciando estas «continuas faltas de respeto» que llegan desde algunas familias y cuerpos técnicos de clubes rivales. Pese a las advertencias, los ataques verbales no cesan.
Una medida drástica: Retirada de las pistas
Las medidas se endurecen: las árbitras han tenido que parar partidos por esta violencia verbal, aunque sin llegar a suspenderlos. Para dar un golpe sobre la mesa, el club ha proclamado que ante cualquier nuevo comentario ofensivo, el equipo se retirará inmediatamente y se denunciará el incidente a las autoridades pertinentes. El propósito es claro: garantizar un entorno seguro y respetuoso para las jugadoras.
La reacción política: Un apoyo sólido desde el ayuntamiento
La indignación se extiende como un reguero de pólvora. Carmen Moriyón, la Alcaldesa de Gijón, ha mostrado su solidaridad con las deportistas, reafirmando que Gijón defiende la igualdad en todos los aspectos, y no tolerará ningún comportamiento contrario a estos valores. Asimismo, Noelia Ordieres, concejala de IU, ha extendido su cariño a las afectadas y ha instado a las autoridades y a la Federación Asturiana de Fútbol a tomar cartas en el asunto.
En defensa de un espacio seguro y respetuoso
A modo de metáfora futbolística, se espera que todos trabajemos como un equipo unido y decidido en defensa de nuestras jóvenes promesas, para que puedan desarrollar su talento en un ambiente libre de hostilidades, cual jugadoras que avanzan con destreza por un campo, buscando el gol de sus sueños. Como dice el dicho, «poner toda la carne en el asador» es la consigna para que nuestras niñas dispongan de espacios seguros donde jugar. La comunidad gijonesa condena rotundamente estos actos discriminatorios y trabajará unida para garantizar el respeto y la integridad de las jugadoras.
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