En una noche mágica en el Mario Alberto Kempes, San Lorenzo se llevó un triunfo que vale su peso en oro. La escuadra azulgrana pisó fuerte en Córdoba y dejó en claro que está lista para cualquier desafío que se le cruce por el camino. ¡Invicto, líder y con el pecho inflado! Así llega al clásico con Huracán.
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Un arranque de película
El partido comenzó con Instituto intentando imponer su localía, pero San Lorenzo, cual ciclón arrollador, no tardó en tomar las riendas del encuentro. Desde el minuto inicial, el equipo de Boedo mostró un fútbol tan vistoso que dejó boquiabierta a la hinchada cordobesa. Con el balón al pie y el corazón en la mano, los de Insúa controlaron el ritmo del juego.
La jugada que cambió el partido
En el minuto 35, ¡zas! Llegó el momento de gloria. Un pase milimétrico desde el medio campo dejó al delantero azulgrana solo frente al arquero. ¡Tic toc, tic toc! Se escuchaba en el estadio… y ¡bum! Un derechazo de manual se clavó en la red para poner el 1-0. La tribuna visitante estalló en un grito ensordecedor que se escuchó hasta en el Obelisco.
Un segundo tiempo de ensueño
En el complemento, San Lorenzo manejó los hilos del partido con la misma soltura con la que un maestro encauza su obra maestra. Instituto, por más que intentó, no pudo quebrar la solidez defensiva del Ciclón, que parecía tener la portería cerrada con candado.
El tramo final y el espíritu ganador
Con el pitazo final, los jugadores azulgranas se fundieron en un abrazo que dejó ver la unión y la garra que caracteriza a este plantel. Este San Lorenzo está más vivo que nunca y sabe que los años de historia y gloria no son en vano. Ahora, con el alma en llamas y un invicto que es la envidia del país, espera por el Globo en el clásico más pasional de todos. ¡Que se venga el Huracán!
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