La tranquilidad parece haber regresado a las filas de las Chivas de Guadalajara, que estuvieron al borde del caos y cuya situación puso en jaque la continuidad de su director técnico, el español Óscar García. En una conferencia de prensa posterior a su convincente victoria por un global de 4-1 ante el Cibao en la Liga de Campeones de la CONCACAF, García reveló el secreto detrás de este triunfo invaluable.
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La clave del éxito en la Liga de Campeones
El estratega ibérico fue claro en su análisis, señalando que la HUMILDAD fue fundamental para que las Chivas avanzaran casi sin despeinarse a la siguiente fase de la Concachampions. «Estamos muy contentos de haber traído alegría a nuestra afición», afirmó García, quien destacó que el equipo no solo buscó ganar, sino que también trató de ofrecer un espectáculo digno. «Pudimos haber marcado más goles, respetamos mucho al rival y jugamos como si cada encuentro fuera una final», subrayó, reflejando la responsabilidad que siente por los colores que defiende.
¿Concachampions o Liga MX?
Al ser cuestionado sobre cuál torneo es su prioridad entre la Liga de Campeones y la Liga MX, el director técnico mostró su compromiso absoluto: «No puedo escoger. Quiero los dos. No hay opción de elegir entre un campeonato y otro. Cada encuentro que disputamos lleva el escudo de Chivas en el pecho, y eso nos obliga a luchar con la mentalidad de ganar siempre». Esta declaración pone de manifiesto la ambición del equipo y la presión que sienten en cada paso que dan.
Sin favoritismos: Chicharito Hernández en la mira
Sobre el impacto de Chicharito Hernández en el equipo, quien ha brillado con luz propia incluso en la recta final de su carrera, García dejó claro que no hay jugadores intocables. «El Chícharo es un jugador especial por su trayectoria, pero trato a todos igual. El respeto que tengo por cada uno de ellos es mutuo, y si no se enfocan o no entrenan al máximo, no tienen lugar en el campo», afirmó con sinceridad.
Cada partido para las Chivas es como una batalla en el campo, donde la entrega y la búsqueda incansable de la victoria son el corazón que late con fuerza en el Rebaño Sagrado. La afición, siempre pasional como un buen jalisciense, espera ansiosa ver cómo este técnico y su equipo enfrentan lo que resta del campeonato, con la vista fija en la gloria que anhelan.
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