Cruz Azul logró un triunfo invaluable sobre los Rayos de Necaxa, un resultado que trasciende el marcador y refleja una victoria simbólica para el equipo. Esta victoria llega en un momento crítico después de la sorpresiva partida de su director técnico, el argentino Martín Anselmi, quien decidió dejar a La Máquina para unirse al Porto, dejando un vacío en la dirección del equipo.
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Vicente Sánchez: ¿el nuevo timón de Cruz Azul?
Tras el silbatazo final en el Estadio Victoria, el interino Vicente Sánchez fue puesto bajo la lupa en la rueda de prensa. Los cuestionamientos sobre su futuro como director técnico fueron inmediatos, y su respuesta fue franca. El exjugador de las Águilas del América dejó claro que no tiene control sobre esa decisión: “No soy quien para tomar ese tipo de decisiones. Mi enfoque ahora está puesto en preparar el próximo encuentro con los Xolos de Tijuana este viernes”.
Una victoria que sabe a gloria
Con una chispa de emoción, Vicente Sánchez expresó lo crucial que fue este triunfo: «Hoy se ganó, y eso es lo que importa. Estoy aquí para dar lo mejor de mí, y lo que yacerá de mi futuro, solo el tiempo lo dirá”. Sus palabras resaltaron su filosofía de vivir el presente, tratando de mantener la calma en un ambiente que, de otro modo, podría ser caótico. “Es una bendición estar aquí, y los jugadores deben estar tranquilos; logramos un triunfo muy importante de visitante”.
Sin embargo, tras bambalinas, la directiva de Cruz Azul, liderada por Víctor Velázquez, ya se está configurando para el futuro. Según fuentes confiables, se dieron charlas con Vicente Sánchez antes de tomar las riendas del equipo. En ese encuentro, el exfutbolista expresó su deseo de tener la oportunidad de demostrar su valía durante tres partidos. Si los resultados eran positivos, la posibilidad de quedarse al frente del equipo sería evaluada.
Un nuevo amanecer en La Máquina
La victoria contra Necaxa no solo fue un bálsamo para el plantel, sino también un impulso para Vicente, que se mostró agradecido: «Este triunfo es muy importante. Le agradezco a Dios, es mi primera victoria como entrenador, y estoy muy feliz. Se lo dedico a mi familia y a los jugadores; tienen un lugar especial en mi corazón». La euforia de los 90 minutos vividos, donde la intensidad del juego se sintió en cada rincón del estadio, revivió las esperanzas de la afición celeste.
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Finalmente, con el ecualizador de la afición resonando en su interior, Vicente siente el peso del amor de la afición y del deseo de seguir en la senda del éxito. La afición de Cruz Azul espera ansiosa si podrá llevar a su equipo hacia nuevos horizontes, donde los triunfos se vuelvan un hábito y los fantasmas del pasado se queden solo en la memoria. ¡Que inicie la cuenta regresiva para el próximo duelo!