El Deportivo Alavés y el Celta de Vigo sellaron un empate (1-1) este lunes en un apasionante duelo en Mendizorroza, donde las emociones y el dramatismo estuvieron a flor de piel. El encuentro comenzó con el viento a favor para los vascos gracias a un penalti transformado por Kike García en los minutos iniciales, pero el Celta supo reaccionar con garra y corazón, encontrando el empate con un sensacional gol de Pablo Durán desde larga distancia en la segunda mitad.
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Un Inicio Relampagueante
El conjunto albiazul no tardó en poner el pie en el acelerador. Un penalti otorgado por mano de Fran Beltrán, revisado por el VAR, se convirtió en una oportunidad de oro capitalizada por Kike García al minuto cinco. Con esa chispa, el Alavés sacudió el inicio del partido, presionando al Celta desde el primer momento.
La Primera Mitad: Precaución y Estrategia
El Celta, dirigido por Eduardo Coudet, tuvo problemas iniciales para frenar los avances por la derecha de los locales. Ambos equipos intercambiaron posiciones en busca de dominar el balón, pero las imprecisiones en el pase se convirtieron en una piedra en el camino, dejando a los porteros casi como espectadores.
El Nuevo Despertar en la Segunda Parte
El descanso trajo un soplo de aire fresco al encuentro. El Celta, con un espíritu renovado, puso a prueba a Jesús Owono gracias a un disparo de Williot Swedberg. Enseguida, el Alavés tuvo en sus manos el poder aumentar su ventaja a través de Jon Guridi, pero el guipuzcoano no logró concretar.
La Volea Inolvidable de Pablo Durán
Pablo Durán, cual artista en el escenario, fabricó una obra de arte con su volea al borde del área, mandando el balón al fondo de la red y desatando el júbilo celtiña. A partir de ahí, el Celta tomó el control del esférico, aunque el Alavés jamás se sintió incómodo. La ponzoña aumentó cuando los aficionados locales pidieron penalti por una aparente mano de Starfelt, que no fue sancionada tras la revisión.
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El Último Asedio
Con el empate en el marcador, Coudet apostó por la ofensiva, introduciendo a Asier Villalibre para revolucionar el ataque. A pesar de sus esfuerzos por doblegar al Alavés en casa, los vascos resistieron y buscaron el contragolpe como el pescador que lanza sus redes a último minuto. Así, aunque las oportunidades se sucedieron, el marcador no se movió más y ambos equipos compartieron botín al final de la contienda.