Pumas ha sido un equipo que apuesta por traer figuras que no siempre son estrellas rutilantes, pero que a menudo terminan brillando en el firmamento futbolístico del Pedregal. Sin embargo, hay historias que no cumplen el guion esperado. Uno de esos episodios es el de un técnico que brilló fuera de México y ahora resplandece en Arabia Saudita.
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El Trayecto de Míchel González: Del Pedregal al Desierto Árabe
Durante la gestión de Ares de Parga, Pumas decidió apostar por Míchel González, un técnico con un historial interesante. Tras un brillante paso en Grecia, donde conquistó la Súper Liga Griega y la Copa Griega en 2013 y 2014, llegó con la esperanza de ser el artífice de la ansiada octava estrella en el firmamento de CU. Sin embargo, su proyecto quedó en pausa y luego se apagó como un fósforo en pleno vendaval futbolístico.
González aterrizó en Pumas en 2019, justo cuando la Liga MX operaba bajo el formato de liguilla clásico. Durante su primer torneo, los auriazules quedaron a un paso de calificarse a la «fiesta grande». La pandemia del COVID-19 interrumpió su segundo semestre, culminando en su salida antes del Guardianes 2020. Míchel volvió al Viejo Continente sin mayor éxito en el Getafe y Olympiacos, hasta que en 2024 tomó las riendas del Al Qadisiyah, entonces en la segunda división de Arabia Saudita.
¿Brillará Míchel como el Oro en Arabia Saudita?
La temporada actual ha visto al Al Qadisiyah florecer con fichajes clave como Julián Quiñones, Nacho Fernández y Pierre Emerick Aubameyang, en lo que se podría describir como un «dream team» en Medio Oriente. Particularmente, el bicampeón con América y Atlas ha sido el motor y corazón del equipo, rompiendo récords e iluminando las canchas sauditas. Actualmente, Al Qadisiyah lidera la tabla, nueve puntos por encima de gigantes como Ittihad y Al Hilal. Sin embargo, en una liga tan dinámica, como un partido de ajedrez en la arena, cualquier cosa puede pasar. Míchel González, quien alguna vez dejó a Pumas en las sombras de la clasificación, ahora lucha por brillar en lo más alto, en un escenario donde el sol jamás se pone.