El duelo entre el Real Madrid y el Mallorca prometía tensión, y ciertamente cumplió con las expectativas. Todos los ojos estaban puestos en el enfrentamiento entre Maffeo y Vinicius, dos jugadores que parecen tener una cuenta pendiente desde hace varias temporadas. Desde el pitido inicial, ambos futbolistas se lanzaron al ataque, protagonizando una batalla feroz que recordaba más a un enfrentamiento de titanes que a un simple partido de fútbol.
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Momentos de Fricción en el Campo
El encuentro se cargó de varios choques y rifirrafes, pero el punto álgido llegó en los últimos instantes. Raúl Asencio emergió como un actor inesperado en esta escena de tensión, atrapado en la vorágine del campo como un barco en medio de una tormenta.
ASENCIO, EL CENTRO DE LA TORMENTA
El central canario, quien ya estaba en el ojo del huracán por otros temas extradeportivos, se vio envuelto en más que un simple intercambio verbal en los momentos finales del partido. Maffeo volvió a ser una pieza clave en este drama. «No aprovechamos nuestras ocasiones claras. Para ganar hay que tener mucho acierto. El pique entre Maffeo y Vinicius ya lo conocemos todos. Pero animo a Asencio, con la juventud que tiene, a que aprenda a ganar. No estuvo bien y ya está», comentó Dani Rodríguez tras el partido, quitándole hierro al asunto pero dejándolo claro como el agua.
Como si fuera un carrusel de emociones, el espectáculo no pudo ser controlado a tiempo por De Burgos Bengoetxea, el árbitro del encuentro, quien se encontró atrapado en una situación que parecía haber cobrado vida propia. Una vez más, el fútbol nos mostró su lado más crudo pero fascinante, donde la pasión a menudo se desborda como un río embravecido.