Endrick jugó su segundo partido como titular con la camiseta del Real Madrid, esta vez en Cartagena. Era un encuentro que prometía ser un festín para los delanteros blancos, enfrentándose a un rival de menor envergadura, donde el joven brasileño tenía la oportunidad dorada de aumentar su cuenta goleadora. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él, ya que se retiró del terreno sin poder celebrar un tanto, a pesar de los cinco goles que sus compañeros concretaron. Endrick disparó seis veces al arco murciano, y cinco de esos intentos iban dirigidos con precisión, pero la fortuna no estuvo de su lado, no logrando mandar el balón al fondo de la red.
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Las instrucciones de Ancelotti y la entrada de Mbappé
La presión fue su sombra. Para un jugador que rara vez se encuentra en el once inicial y carece de la confianza que proporciona el rodaje continuo, la situación era complicada. Ancelotti, cual sabio viejo zorro del fútbol, le aconsejó serenidad durante el descanso: debía jugar con el desparpajo y el talento que le caracterizan, sin ansiedad ni prisas, y sobre todo disfrutar del césped como quien disfruta su plato favorito. Endrick atenazó estos consejos y mostró más tranquilidad en la segunda parte, aunque el gol siguió eludiéndole.
Cuando Mbappé saltó al campo en el minuto 62, la táctica cambió y Endrick vio alterada su posición, pasando a ocupar una demarcación en la banda derecha, lejos de su zona de confort. Este giro en la estrategia reflejó la poca confianza que Ancelotti deposita en el joven, optando por ubicar a Mbappé en la posición central en vez de probar al brasileño en su rol natural por el centro.
El dilema de su continuidad
La aportación de Endrick al equipo esta temporada ha sido escasa, acumulando poco más de 250 minutos, apenas un suspiro en el vasto calendario del Madrid. El club considera que podría ser beneficioso una cesión que no ponga freno a su desarrollo futbolístico. A sus 18 años, tiene toda una alfombra de césped por delante, pero las oportunidades en el Madrid parecen tan escasas como encontrar una aguja en un pajar, debido a la feroz competencia de Vinicius, Mbappé, con Rodrygo también pisando fuerte, además de Brahim y Güler.
El desafío es que el joven delantero no quiere salir. Su sueño es brillar con luz propia en Chamartín. Está dispuesto a esperar su momento para demostrar su olfato goleador. Aunque Ancelotti valora su potencial, no parece encajar por completo en sus planes tácticos. El técnico italiano prefiere una variante de delantero centro más versátil, como la estrella que fue Joselu la temporada pasada. Ancelotti ve en Mbappé el sustituto perfecto de Benzema, capaz de replicar ese juego fluido y flexible, antes que utilizar un delantero puramente posicional.