Luis Díaz estuvo a punto de darse un buen golpe durante el partido entre la Selección Colombia y Bolivia. El atacante del Liverpool, que brilló como una luciérnaga en la noche del altiplano, fue crucial en cada ofensiva del cuadro cafetero.
Desde el pitazo inicial, el barranquillero se sintió como pez en el agua en la banda izquierda. Sus destellos de habilidad y velocidad pusieron en serios aprietos a la defensa boliviana, que no sabía cómo contener sus embestidas.
Acción Inicial Sin Juego Brusco
A pesar de la intensidad mostrada, el juego mantuvo una tónica leal. Díaz, incisivo como pocos, se encargó de abrir la lata con un golazo al minuto 41, poniendo el 3-0 en el marcador. Hasta ese momento, los bolivianos habían jugado limpio, sin excesos.
Momento Caliente en el Segundo Tiempo
Pero la fiesta no duró mucho. A medida que el partido avanzaba hacia su desenlace, la temperatura subió en el terreno de juego. Fue en el minuto 63 que se produjo el incidente. En una jugada de ataque, Luis Díaz recibió el balón de espaldas, y César Menacho, del Bolívar de La Paz, se lanzó con la fuerza de un tren a derribar al colombiano, casi dejándolo de baja para la Copa América.
Reacción Instantánea y Expulsión
El impacto fue tan fuerte que se desató una gresca. Los compañeros de Díaz no tardaron en reaccionar, y en medio del zafarrancho, Daniel Muñoz vio la tarjeta roja, una baja sensible para el próximo amistoso del conjunto nacional.
Decisión Estratégica
Por fortuna, Luis Díaz no sufrió una lesión grave. Sin embargo, el técnico Néstor Lorenzo no quiso arriesgar más y decidió sacarlo del campo de inmediato para evitar cualquier sorpresa desagradable.