Agustín Lleida, director general del Real Oviedo, ha compartido con LA NUEVA ESPAÑA su visión sobre la temporada actual del club, en un intercambio que arroja luz sobre los planes futuros y recuerdos recientes que ya son leyenda en el club asturiano.
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El Arte de los Fichajes: Luces y Sombras Navideñas
Durante la charla, Lleida desveló los entresijos del mercado de fichajes, un auténtico tablero de ajedrez donde cada movimiento es crucial. Como un chef en una cocina repleta de decisiones, el director azul explicó cuántos jugadores esperan sumar en el mercado invernal. Pero la joya de la corona de esta entrevista fue, sin duda, el fichaje de Cazorla, un nombre que hace brillar los ojos de los seguidores oviedistas con solo pronunciarse.
Cazorla: Un Sueño Hecho Realidad
El relato de Lleida sobre la llegada de Santi Cazorla es, sin lugar a dudas, pura poesía futbolística. «Hablamos con Santi un viernes. Los rumores sobre su deseo de volver a casa ya se habían convertido en un clamor. Pasé el fin de semana haciendo números como un contable obsesionado, tratando de cuadrar las cifras con la pasión. Calculé salarios, camisetas, incluso pensé en un amistoso como despedida al estilo de un guion de Hollywood», confesó Lleida, en un alarde de sinceridad que evoca a un héroe que se enfrenta a Gigantes con el único escudo de la esperanza.
Llegó el lunes y, tras toda esta preparación, la sorpresa fue mayúscula. Cazorla, como un caballero de brillante armadura, expresó: «No, no queremos nada». La respuesta dejó a Lleida sin palabras y se reveló el sentido puro y simple del amor al club: «Solo con ponerme la camiseta del Oviedo me doy por pagado». Al final, se estableció un salario mínimo, por obligación, y Cazorla, con magnanimidad digna de un rey, decidió donarlo al fútbol base.
El Oviedo en Ascenso: Un Sueño Latente
El Real Oviedo, apodado ya como un barco a toda vela en el océano de LaLiga Hypermotion, surca el campeonato con maestría. Situado en una meritoria quinta posición tras 21 jornadas, sus 35 puntos dibujan en el horizonte la posibilidad de los ansiados playoffs de ascenso o, quién sabe, quizás un acceso directo a Primera. Esta temporada, los aficionados viven cada encuentro como si estuvieran en el mismísimo teatro de los sueños.