En un giro inesperado del destino futbolístico, la Federación Peruana de Fútbol ha decidido que Jorge Fossati no continuará al mando de la Selección Peruana, a pesar de que el estratega tenía contrato hasta diciembre de 2025. Esta sorpresa ha hecho que los transeúntes del fútbol nacional se detengan en seco, como cuando un delantero lanza un caño en el área chica.
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A pesar del pedido formal para que presente su renuncia, Fossati, mostrando valentía digna de un defensor infranqueable, ve que aún tiene mucho por ofrecer al balompié incaico. Incluso, ya había trazado su regreso a Lima para enero de 2025, con la esperanza de seguir escribiendo capítulos en esta historia que ha capturado las emociones de miles de hinchas.
El Dinero de la Discordia
Las negociaciones, como un partido lleno de faltas, han revelado cuán elevado es el precio del adiós. La FPF, intentando no tocar su presupuesto goleador, busca pactar un finiquito que no sea tan oneroso. Sin embargo, Jorge Fossati, fiel a su estilo aguerrido, pide que se cumpla con lo estipulado en la cláusula de salida, un despliegue táctico bien calculado que asciende a USD 900 mil, equivalente a seis meses de su contrato.
El Precio del Compromiso
Luis Carrillo Pinto, una figura destacada en el arco del periodismo deportivo, ha sido el encargado de ponerle cifras a esta saga. Según Carrillo, la cláusula establece un pago de USD 900 mil para todo el cuerpo técnico, una cifra que ha dejado en fuera de juego a más de uno en las oficinas de la Federación.
¿Vale la Pena Pagarle a Fossati?
Y ahí es donde surge la gran pregunta, ¿debería la FPF pagarle a Fossati? La respuesta, en medio de una audiencia dividida, varía como el viento en el partido más inesperado. Fossati, con un salario mensual de 150 mil dólares, tiene una póliza de salida tan robusta como su currículum internacional.
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Este episodio resalta no solo la situación contractual, sino las jugadas internas y ansias de poder que, a veces, son más impredecibles que un cabezazo en el último minuto. Mientras el público espera ansioso lo que sucederá, hoy más que nunca se comprueba que en el fútbol no cabe un guion fijo, pues es un deporte donde cada capítulo se escribe con la tinta de la emoción y pasión.