El Leganés se vio atrapado en un torbellino de emociones en un duelo que, sin duda, dejó huella. Con el infortunio a cuestas y situaciones adversas en su propio coliseo, los blanquiazules sufrieron un revés significativo al quedarse con dos jugadores menos: primero, la tarjeta roja a Óscar Rodríguez por una agresión a Yeremy Pino avivó la llama de la controversia; luego, Jorge Sáenz también vio el camino hacia los vestuarios tras una desafortunada acción sin balón sobre Thierno Barry. Estas bajas, como un jarro de agua fría, dejaron al Leganés sin capacidad de respuesta frente al empuje visitante.
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Un amargo adiós al 2024 en Butarque
El estadio de Butarque se ha convertido, últimamente, en una tierra de lágrimas para los suyos. El Leganés encadena tres derrotas consecutivas en casa, un desierto de victorias que ha costado encajar once goles: un lapidario 0-3 ante el coloso Real Madrid, otro marcador idéntico frente a una Real Sociedad imbatible, y una caída por 2-5 contra el Villarreal que dejó el sabor amargo del esfuerzo insuficiente.
El salvavidas de 2024
Pese al naufragio reciente, el club alfombrado de azul y blanco logró clausurar el año 2024 con su objetivo principal al alcance: escapar de la zona de descenso. Con una ventaja de tres puntos sobre el antepenúltimo, el equipo se aferra a ese margen con la fuerza de un león en la selva.
Un 2025 que comienza con un desafío crucial
Mirando adelante, el nuevo año no concede respiro. El Leganés deberá afrontar su primer reto en LaLiga 2025 viajando a Cornellá, hogar del Espanyol, el equipo que marca la frontera con el abismo del descenso. El Leganés se prepara para el duelo sin dos de sus baluartes, Óscar Rodríguez y Jorge Sáenz, quienes deberán cumplir sanción. Con corazón de hierro y un espíritu indomable, pelearán por arañar esos puntos que podrían ser oro al final de la temporada. Quedarse corto no es una opción cuando la salvación está al otro lado del arco iris futbolístico.