La pasión por el fútbol se respira con intensidad en La Victoria. Alianza Lima ha dado inicio a un nuevo capítulo en su historia futbolística con la llegada del técnico argentino Néstor Gorosito. En una conferencia de prensa rebosante de expectativas, ‘Pipo’, como cariñosamente se le conoce desde sus tiempos de futbolista, dejó claro su objetivo: reconstruir la grandeza ‘blanquiazul’ y luchar por las cumbres del título nacional y la Copa Libertadores en el 2025.
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El estilo de juego de Alianza Lima según ‘Pipo’
Gorosito capturó la atención de todos con su afirmación rotunda: “Me identifica el juego de Alianza Lima. Primero debemos ganar y luego está el buen juego”. Una sentencia como un cañonazo directo al alma ‘íntima’, que refleja su enfoque estratégico: ganar es una obligación, el estilo es el bonus. La afición deberá estar preparada para un espectáculo competitivo, donde más que jugar bonito, lo esencial será asegurar los tres puntos.
La advertencia de Diego Rebagliati
En paralelo, el siempre perspicaz comentarista Diego Rebagliati advirtió, casi como si lanzara una chalaca al sentido común, sobre la impaciencia que podría encontrarse Gorosito. En su intervención en el programa ‘Al Ángulo’, Rebagliati explicó que los ‘victorianos’ no tienen margen para el error tras una temporada llena de tropiezos. «No veo al hincha de Alianza… tranquilo después de un empate en Matute», sentenció, recordando que la urgencia de resultados inmediatos será el día a día para el nuevo cuerpo técnico.
Los retos del plantel blanquiazul
Como un juego de ajedrez, Rebagliati también destacó el dilema que enfrenta Alianza Lima al cambiar radicalmente el perfil de sus jugadores. Un día buscan al Hulk del campo y al siguiente, prefieren al Invisible Man. Esto podría convertirse en un verdadero dolor de cabeza, pues encontrar una identidad y cohesión en el equipo será como armar un rompecabezas con piezas de diferentes juegos.
El vaivén de los refuerzos
En esta danza de cambios, los nombres de jugadores extranjeros que una vez pisaron la cancha de Matute como refuerzos de talla se han ido disolviendo como los nubarrones de invierno en Lima. Entre ellos, Adrián Arregui, Cecilio Waterman, y Sebastián Rodríguez, quienes dejaron su huella efímera en el equipo. La única constante en este torbellino es Juan Pablo Freytes, cual ancla sólida en medio de una tempestad.
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Con los ojos puestos en el inicio del campeonato, la afición ‘aliancista’ aguarda con ansias ver si este nuevo proceso, dirigido por Néstor Gorosito, traerá la tan ansiada estabilidad y éxitos que el club necesita. Como diría cualquier hincha apasionado, «¡que ruede el balón!».
La expectación está en su punto máximo, y los corazones laten al ritmo del fútbol. ¿Será este el año en que las glorias pasadas se conviertan en el presente? Solo el tiempo y el trabajo en el campo de juego lo dirán.
