La Supercopa chilena de 2025, que prometía marcar con bombos y platillos el inicio de la temporada, está en jaque. Colo Colo y Universidad de Chile, dos titanes del fútbol local, se encuentran en busca de estadio ya que nadie se atreve a ser el anfitrión del encuentro, considerado de alto riesgo tras los recientes episodios de violencia que han teñido de negro las esperanzas deportivas.
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En la ANFP, bajo el liderazgo del presidente Pablo Milad, ya se había marcado la cancha con el 26 de enero como fecha mágica para el pitazo inicial de la Supercopa. Milad, firme como siempre, reafirma que esta batalla campal debe ser un único enfrentamiento, manteniendo la tradición que arrancó en 2013. Sin embargo, el Estadio Ester Roa de Concepción, que ya había recibido el evento en tres ocasiones, ahora cierra sus puertas a esta posibilidad.
El alcalde de Concepción enciende la polémica
Héctor Muñoz, nuevo capitán del barco municipal, levantó la voz de alerta desde la capital del Biobío. En una conversación franca con sus vecinos, expresó que, a pesar de los contactos con la ANFP, no está dispuesto a exponer a su ciudad nuevamente a los problemas que un duelo de esta magnitud podría traer. «No queremos más peleas ni destrucción en nuestra casa», declaró el edil, mostrando una firmeza que sorprendió a propios y extraños.
¿Y el amistoso entre Universidad de Chile y River Plate?
La incertidumbre no acaba aquí. Otro partido que mantenía a los hinchas comiéndose las uñas, el amistoso entre la Universidad de Chile y el gigante argentino River Plate, también pende de un hilo. Muñoz, el adalid de la seguridad, dejó la decisión bajo la lupa de Estadio Seguro, a la espera de evaluaciones sobre las reparaciones necesarias en el recinto. «No descorchemos el champán todavía», parece advertir el flamante alcalde, quien tiene claro que la prioridad es resguardar el bienestar de su gente antes que el espectáculo deportivo. ¡Qué semana para ser amante del fútbol chileno!