En un alucinante desenlace que dejó a todos boquiabiertos, el Girona fue eliminado de la Copa. La derrota llegó de manera agónica, apenas rozando la frontera del ridículo frente a un adversario que jugó con un jugador menos, en una tanda de penaltis épica. El héroe inesperado de la noche fue Pol Arnau, hijo del fallecido Francesc Arnau, quien, en un giro surrealista del destino, se convirtió en portero improvisado debido a que el titular tuvo que ser evacuado en camilla.

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Un Final de Infarto
Arnau detuvo un penalti de Abel Ruiz, pero la tragedia para el Girona se consumó cuando Stuani falló su lanzamiento decisivo. Las Gaunas se convirtió en un verdadero caldero de emociones, celebrando el pase de un equipo de Segunda Federación, que se deshizo de un rival de Champions en circunstancias heroicas y con un portero improvisado. Ver para creer.
Inicio Prometedor, Desenlace Desastroso
El epílogo increíble del encuentro fue un mazazo para el Girona que en todo momento pareció incómodo sobre el terreno de juego. Solo durante los primeros diez minutos del partido, el plan de Míchel parecía dar frutos, al ver cómo los jóvenes controlaban el centro del campo y los experimentados Stuani, Portu y Danjuma protagonizaban el ataque.
Un Dominio Efímero
Aunque comenzó dando la impresión de dominar, ese control fue un simple espejismo. Una ocasión de Stuani al cuarto de hora fue lo poco rescatable de un Girona que se fue desdibujando en Las Gaunas. Ni los destellos de calidad de Minsu, que dejó algunos detalles interesantes, ni la voluntad de Solís lograron avivar las esperanzas del equipo catalán. Tampoco lo hizo el debut de Pau López bajo los palos.
Logroñés Se Crece
Con el paso de los minutos, el Logroñés se sintió arropado por su afición, apoyado también por un césped cada vez más pesado. Aunque a los riojanos les costó meterse en el partido, una vez convencidos de que podían plantar cara al Girona, la dinámica del encuentro cambió. Se aproximaron a la meta defendida por Pau López con una incisión de Bonilla desde la izquierda, resuelta con acierto por el portero debutante, pero el miedo comenzó a colarse en las filas del Girona.

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A medida que avanzaba el choque, el Girona lamentó no haber concretado su dominio inicial en el marcador, y los más determinantes del equipo, como Danjuma y Portu, apenas hicieron acto de presencia. Ante la dificultad, Míchel decidió revitalizar su esquema con la entrada de Iván Martín, Misehouy y Abel Ruiz buscando chispa en ataque, aunque sin demasiada mejora.
Más Drama sin Portero ni Entrenador
El dramático clímax llegó antes del descanso de la prórroga cuando el arquero local, Kike Royo, fue retirado en camilla tras un fuerte golpe en la cabeza. Sin más cambios disponibles, Arnau se puso los guantes, convirtiéndose en el héroe menos esperado. Poco después, el técnico local, Sergio Rodríguez, fue expulsado por doble amarilla en una protesta vehemente.
El final: Penaltis, Llantos y Alegrías
Contra todo pronóstico, el partido alcanzó la tanda de penaltis. Con una portería defendida por un lateral izquierdo reconvertido a portero, los jugadores del Girona erraron, sucumbiendo bajo la presión. Pol Arnau detuvo el disparo de Abel Ruiz, y Stuani estrelló el suyo en el larguero. Así puso fin a la aventura copera del Girona, despidiéndose en unas circunstancias nunca vistas.
