La afición del Espanyol ha llegado a su límite. Como un rugido de leones enjaulados, los seguidores del club han decidido alzarse y demostrar su pasión y preocupación. La crisis económica, deportiva y social es una tormenta que no cesa, y esta tarde, los aficionados han organizado una poderosa concentración frente al consulado chino en Barcelona, alzando su voz contra Chen Yansheng y Rastar Group. ¡La marea blanquiazul no quiere quedarse callada!

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La chispa que encendió la llama
La derrota catastrófica del Espanyol contra el Girona, un 4-1 que quedó grabado en la memoria de los seguidores como una cicatriz profunda, ha sido el catalizador de esta movilización. El conjunto dirigido por Manolo González continúa coqueteando con el descenso mientras espera la oportunidad de redimirse ante el Valencia el 18 de diciembre. «En la primera parte hemos hecho el ridículo», confesó un sincero Omar El Hilali, mientras que el técnico no ocultó su frustración: «El partido es un desastre».
Un eco que retumba en las calles
Alrededor de 200 almas espanyolistas se aglomeraron frente al consulado, custodiado por cuatro Mossos d’Esquadra. Sus cánticos, una mezcla entre rutina y rabia contenida, exigían cambios desde lo más profundo del club. «Esta es, sí señor, la afición del Espanyol» resonaba en el aire junto a demandas de dimisión para la directiva y consignas menos diplomáticas como «chino vete ya, estoy hasta los huevos de Mao y Mister Chen».
Silencio tenso, pero ordenado
A pesar de la pasión desbordante, el orden reinó en la protesta. La paciencia de los aficionados está al límite; la gestión actual genera desencanto, una melodía desafinada que acompaña los dos descensos en cuatro años. Desde la llegada de Chen Yansheng en 2016, la promesa de tiempos mejores sigue siendo un espejismo, dejándolos de decepción en decepción.
Recuerdos de protestas pasadas y planes futuros
No es la primera vez que los espanyolistas alzan su voz. En febrero, un mensaje en la fachada del consulado gritaba: «Chen vete a casa. Devuélvenos el RCDE». Ahora, nuevas formas de expresión circulan por las redes: destacando la compra de banderas de Taiwán o del Tíbet para ser ondeadas en el partido contra el Celta, recordando a todos que su pasión no se extingue.

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Tensión en el horizonte del RCDE Stadium
Con el equipo penúltimo en la clasificación, el timón de Manolo González se tambalea peligroso. El enfrentamiento contra el Celta será más que un simple partido; será un escenario para que la afición vuelva a mostrar su indignación. ¡El Espanyol no se rinde! Los hinchas saben que su aliento puede ser el viento bajo las alas que lleve al equipo a remontar y alejarse del abismo.
