La última estación de un recorrido de 30 fechas se encontraba en la árida Región de Atacama, un lugar conocido por su desierto y minería. Colo Colo, con el prestigio de «eterno campeón», se dirigió al norte con la misión de conquistar su estrella número 34. Con el empate de 1-1 frente al ya descendido Deportes Copiapó, los albos se coronaron campeones del Torneo Nacional 2024, enriqueciendo aún más su desbordante vitrina de trofeos.
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Un Cierre de Infarto
Para evitar mirar de reojo lo que sucedía en el Estadio Nacional con Universidad de Chile, el Cacique tenía que cumplir con la tarea: vencer a los atacameños para sellar una recta final del campeonato, simplemente, impecable. Llegaron a la trigésima jornada invictos en la segunda rueda, una característica que fue vital para su destacada campaña.
El Dilema de los Minutos Juveniles
Aunque parezca insólito para un club formador, Colo Colo llegó a la última fecha con una deuda de 61 minutos juveniles, lo que obligó a Jorge Almirón a darle protagonismo a un Sub 21 durante el partido. El elegido fue Daniel Gutiérrez, replicando lo hecho ante Iquique. Esta decisión implicó que Erick Wiemberg, de regreso tras su suspensión, jugara un poco más adelantado. A la larga, esta situación condicionó al entrenador a la hora de mover las piezas si el encuentro no se desarrollaba de forma satisfactoria.
El Duro Arranque
Desde el primer pitazo, el cuadro popular controló la posesión del balón con un impresionante 69% al terminar el primer tiempo. Pero, a pesar de ese dominio, los albos no lograron quebrar el cerrojo impuesto por Hernán Caputto. Copiapó, sin complejos, cedió la iniciativa al visitante, consciente de que la presión recaía sobre Colo Colo, al enfrentarse a un rival cuyos destinos ya estaban sellados. Como una partida de ajedrez, los albos maniobraron en el campo buscando espacios, pero sin profundidad.
Sufrimiento y Épica
En Santiago, la U madrugó al marcador contra Everton, dibujando en el horizonte un hipotético desempate. La falta de resolución del Cacique generó ansiedad, especialmente cuando Carlos Palacios, el genio en el campo, facilitó la ocasión más clara que Javier Correa no pudo concretar, viendo su remate estrellarse en el poste. En su área, Brayan Cortés fue el soporte, neutralizando los esporádicos ataques del rival.
El Suspenso del Final
A medida que se consumía el tiempo, el empate y la victoria azul en Ñuñoa añadían incertidumbre al desenlace que, en teoría, favorecía al Cacique. Pero Felipe Reynero, con un historial especial ante Colo Colo, marcó el 1-0 en su primera intervención. En ese instante, el trofeo se inclinaba para la U, aunque el empate instantáneo de Everton en la capital volvía a poner a los albos en el primer lugar. ¡El suspenso era no apto para cardíacos!
Con la garra que lo caracteriza, Arturo Vidal apareció para nivelar el marcador, desatando una catarsis entre los hinchas albos. A 10 minutos del final, el chileno más laureado de la historia soltó un remate rasante para decretar el 1-1. Aunque un gol de Leandro Fernández congeló los corazones albos, fue anulado, asegurando la estrella para Colo Colo.
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Conclusión Emocionante
Fue un cierre cargado de sufrimiento, más del que se anticipaba, pero el objetivo se cumplió para Jorge Almirón y sus dirigidos. Colo Colo celebra su estrella número 34, reforzando su posición como el club más exitoso del país. Un merecido reconocimiento para un equipo constante y con carácter, capitaneado magistralmente por un técnico de renombre continental.
Con un impresionante récord de 67 puntos sobre 90 posibles, los albos se consagraron campeones con un rendimiento del 74,4%, superando así a la UC de 2019 y al Wanderers de 2001. ¡Colo Colo, más eterno campeón que nunca!