Universidad de Chile estuvo a un suspiro de forzar una final de infarto ante su eterno rival Colo Colo. Con la radio en el oído y la atención también puesta en el partido del Cacique en Copiapó, los azules llegaban al Estadio Nacional con la misión de triunfar ante Everton, pero terminaron resignándose con un empate 1-1, dejando escapar una oportunidad dorada.
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El drama de Ñuñoa: Lágrimas y pasiones desbordadas
A pesar del agridulce empate que les impidió medir fuerzas contra su archirrival, la jornada en Ñuñoa fue un carrusel de emociones: desde las lágrimas impotentes de los jugadores de la U, la rabia incontenible de Leandro Fernández tras un discutido gol anulado, hasta el aliento inquebrantable de una hinchada que, con la presencia destacada de Marcelo Salas, dejó el alma en las gradas. Todo esto se vivió en una desgarradora tarde teñida de azul.
Las oportunidades que volaron alto
La falta de gol fue el talón de Aquiles que dejó a la U al borde del título del Torneo Nacional. En una recta final electrizante, los azules buscaron con uñas y dientes el tanto que les diera paso a una final soñada contra Colo Colo. Las oportunidades aparecieron como flashes ante sus ojos, pero muchas terminaron en el olvido.
- En el minuto 84, Cristian Palacios tuvo un cabezazo frente a una portería que clamaba ser conquistada, pero falló en lo increíble.
- Apenas dos minutos después, tras un tiro libre, Luciano Pons tuvo el esférico servido en bandeja, pero lo mandó a las nubes, perdiendo así una ocasión de oro.
Estas pifias delanteras sellaron el destino de Universidad de Chile, cuya falta de contundencia a lo largo del año les privó del ansiado campeonato número 19. A pesar de que Palacios y Pons aportaron 11 y 3 goles respectivamente en esta temporada, sus fallos dejaron una mancha en una campaña que pudo haber sido histórica.
El gol anulado que encendió la polémica
Pero la desazón no solo se quedó en la cancha, pues la U sufrió un varapalo más con la anulación del gol de Leandro Fernández al 87’. Tras su jugada personal que había encendido a la hinchada y resonado en todo el estadio, el VAR -como un balde de agua fría- echó por tierra la alegría al revisar un posible foul de Marcelo Morales previo a la conquista. La decisión del árbitro Gilabert, tras instantes de deliberación, desató un vendaval de emociones.
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El encendido reclamo de Fernández al colegiado, llamándolos “cagones”, y la posterior crítica de Marcelo Díaz, dejaron claro que la herida aún sangra en el corazón azul, calificando la decisión como un verdadero “robo” ante los ojos del mundo.
La luz al final del túnel: un futuro prometedor
A pesar del desenlace doloroso, la hinchada de la U reconoció el esfuerzo titánico realizado durante el 2024. Tras años de travesía en el desierto y flirteos con el descenso, bajo la batuta de Gustavo Álvarez, el equipo volvió a recuperar su esencia competitiva y aseguró su boleto a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025, una meta que desde 2018 el club no veía cercana.
En señal de reconocimiento, la fervorosa hinchada entonó su aliento incluso en la derrota. Con Marcelo Salas liderando el canto “lo más importante en la vida es, alentar al Bulla, con optimismo y fe”, el mítico estadio se convirtió en un mar de emociones que vibró hasta el último eco de la temporada azul.